Librería
Español
Capítulos
Ajuste

3

En algún lugar de san diego

Yo (gritando): Hombre, ¿no has visto mi bolso?, desde entonces la busco, no la encuentro.

Mamá: ¿y por qué gritas así?, ¿crees que alguien está guardando tu cartera aquí?, ¿dónde la dejaste?

Yo: bah en la mesa de café de allí. Lo puse allí ayer cuando llegué a casa de la universidad. No puede haber desaparecido sola. No tiene pies para ir sola.

Mamá: No la he visto, ve a buscarla a otro lado.

Yo: un dia de estos voy a matar a uno de tus hijos te lo juro seguro que fue uno de ellos el que me lo volvio a hacer que compren sus acciones si quieren usarlas.

Mamá: Yo no me meto en tus cosas, por cierto eres el más grande.

Yo: si eso es todo, de todos modos, me voy, tengo clase esta mañana.

Mamá: cuídate mi amor.

Yo: gracias mamá, tú también, ¡adiós!, la beso cálidamente y me voy.

Mi nombre es Cassandra JEAN. Todos los que conozco me llaman Cassie. Tengo 23 años. Estoy en el segundo año de mi primer ciclo de estudios médicos llamado ciclo preclínico. Antes de eso, hice 4 años en biología médica. Vengo de una familia bastante modesta si se puede llamar así, mi madre, Sandra Jules, me tuvo cuando tenía 18 años y desde ese día se ha dedicado a hacer de mí "alguien" en el sentido más estricto de la palabra.

Ella y papá nunca se casaron por la iglesia, cuando se enteraron del embarazo quisieron hacerlo, pero tuvieron que dejarlo para después y gestionar lo más importante, que es prepararme para mi venida al mundo. Pero de tarde en tarde nunca sucedió. Sin embargo, se amaron mucho hasta la muerte. Tuvieron dos hijos después de mí: Sarah y Jefferson que tienen 15 y 13 años respectivamente. Ambos están en la universidad.

Tuvimos una vida tranquila hasta el día que mi padre murió trágicamente, yo tenía 17 años cuando esto sucedió, por eso tuve que perder un año escolar, a veces me digo que mi madre es muy valiente porque ella sola sigue cuidando nosotros tres. Y hasta ahora nos hemos acostumbrado. No tenemos todo lo que queremos como esos niños ricos, pero tenemos lo esencial. Lo más importante, nos amamos y nos respetamos.

Hoy vuelvo a la escuela, se acabó la Navidad, no hay tiempo para cosas inútiles, este año es mi año, no tengo margen de error, me repetí, mi vida y la de mi familia depende de ello. Llego a tiempo al campus. Camino por el pasillo para volver a mi salón de clases. Hay bastante alboroto afuera, pero no le presto mucha atención. Mi primera clase debería comenzar en cualquier momento. Tuve problemas que hicieron yo apenas empiezo las clases.. que ya estaba diciendo?.. para ver la postura de los alumnos, el profesor ya esta ahi.

-¡Ah!, me dijo una mujer al entrar en la habitación.

No es que tenga un problema con las mujeres, ni mucho menos. Pero son... cómo decir... ¡uh! Raras. Caminé rápidamente por la habitación tratando de encontrar un asiento con bastante rapidez y en silencio. Pero eso es sin contar en mi lado torpe, dejo caer uno de los asientos al pasar.

La profesora que, en ese momento, estaba haciendo las presentaciones de los nuevos alumnos, se detuvo y me miró como si quisiera matarme en el acto, luego lanzó una advertencia en mi contra.

Ella (frunciendo el ceño): La joven aquí es de segundo año de medicina, no de música, así que te ves bien, jovencita, cuando entras en mi salón de clases.

Yo (temblando de miedo): Está bien, señora.

Ella: es la Doctora jovencita, la Doctora FOSTER.

Yo: ¡Está bien doctor!, me apresuré a decir.

¿Qué dije? Todas son mujeres raras cuando tienen un puesto de decisiones. Puede ser una forma de ganarse el respeto del sexo masculino, pero a veces se pasan un poco de la raya. Continuó presentándonos su curso como si no habia pasado nada, como va a hacer para la distribucion de notas asi como las reglas a seguir para su curso durante toda la sesion, tambien nos hablo del contenido de dicho curso, ella es la Dra. Hailey FOSTER BROWN, nuestra profesora de cardiología.

El resto del día transcurrió sin contratiempos. Más tarde en la noche me preparé rápidamente para ir a trabajar como de costumbre. Bueno, sí, encontré un pequeño trabajo en un restaurante local. Me digo a mí mismo que esto me permitirá arreglármelas. ciertas necesidades primarias y al mismo tiempo ayudar a mi madre y mis hermanos. ¿El dueño? Nunca lo vi. Aquí se dice que solo viaja para las cosas importantes. De todos modos, eso no me va a impedir trabajar.

Llevo un mes trabajando en este restaurante, allí conocí a Jeannine Jacques, una francesa como yo, es una chica simpática a la que la vida no ha sido nada tierna, pero que a pesar de todo trata de llegar a fin. conocer. Eso me hará un amigo más. Aparte de mi novia Luna VELÁSQUEZ, una pequeña española que asiste a la misma universidad que yo, no tenía otros amigos hasta entonces. Y ahí otra vez se exagera como una presentación. Ella y yo somos no tan cerca

Jeannine (viniendo hacia mí con una bandeja): Cassie, deberías ir a servir las mesas 7 y 11. Nos han estado esperando durante bastante tiempo.

Yo (tomando una bandeja): Ya voy, le respondí.

Jeannine: espera, la langosta es para la mesa 11 y las demás para la 7.

Yo: eh... está bien.

Rápidamente serví el 11 ya que me era más fácil. Una vez que terminé con el número 11, volví a la cocina para tomar el pedido de la otra mesa. Mientras avanzaba tuve un mal presentimiento. Pero no tenía idea de que era va a ser tan serio. Al ir a servir a los 7, me encontré con esta persona que nunca hubiera deseado conocer en tales circunstancias "ella". ¡Oh, Dios mío! Es realmente mala suerte. De todos los restaurantes en el área, ella Tuve que elegir este para la cena Con toda esta gente y más.

Presa del pánico, no sabía qué hacer. Dudé durante mucho tiempo antes de decidir darme la vuelta a toda prisa. Excepto que me di la vuelta demasiado rápido, ignorando el peso de la bandeja que llevaba en mis manos. En mi paso Tropecé y caí hacia atrás, apenas tuve tiempo de emitir un grito agudo cuando caí al suelo, luego, agujero negro.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.