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Lucia. La cita

No le iba a dar importancia, no la tenía, con un demonio, ¿cómo no iba a tener importancia?, me beso, el hombre más sexy, guapo, varonil, me beso a mí.

Mi primer beso fue mucho más de lo que esperé, me sentí en las nubes, eran los labios más sabrosos que podría haber probado, sabía a melocotón, me sentí viva, excitada, muy excitada, ese beso me llego hasta en los lugares que menos imagine, mi cuerpo era de gelatina en sus brazos, pegado al suyo era tan... quería tocarlo, manosearlo, ¿me pregunto si todo él sabrá a melocotón?.

O Dios yo pensando en estas cosas, este hombre me está haciendo sentir cosas que siempre pensé y quise sentir al conocer a un hombre, pero no es bueno, nada bueno, él no es el indicado, voy a sufrir, lo sé.

El lunes acepté salir con él otra vez que brillante idea Lucia. Pero me beso, me ¡beso!, estoy tan emocionada como cuando uno recibe un regalo esperado, ¿le habrá gustado?, era mi primer beso, me tomo de sorpresa, fui torpe, no sé besar, seguro fue el peor beso de su vida; por eso no quise que volviera hacerlo, con una vez siendo desastrosa era suficiente.

¿Y si el lunes me quiere besar otra vez?, soy un desastre, ese hombre debe estar acostumbrada a otras mujeres, que se mueran por él, que corren a su cama y que son expertas en esas áreas, mi lista de experiencia se asuma a libros, películas y lo que sé dé medicina y ahora en mi toqueteo cuando sueños con él, es decir creo que hasta eso hago mal no he tenido un orgasmo bueno también me detengo cuando me doy cuenta lo que hago.

Este hombre va a venir con todo y una virgen como yo que diablos le va a ofrecer, cuando se entere saldrá corriendo.

-¿Cómo te fue?.

-¡Dios!, me asustaron, ¿qué hacen aquí? - mi mamá y Santi estaban en la sala esperándome con sus caras de tener tantas preguntas.

-Ya, dinos, ¿cómo te fue?.- mi madre estaba más entusiasmada.

-Bueno, mal, no le fue si llega a esta hora y mira la cara de tonta que tiene madrina. ¿No te fue mal he?- Santiago, cuando quiere ser intenso, lo es, sé que debo darles algo si quiero salir viva.

-Ya, ya, tenían razón, no debí ser tan negativa, me fue bien, fue un caballero, paseamos por el centro comercial, comimos helados.

-¡¿Y?! - Esto lo dicen al mismo tiempo, juro a veces me desesperan.

-Y me invito a cenar el lunes. Ya no paso más nada.

-¿Pago el almuerzo?.

-¡Mama!.

- Mamá nada, sabes lo que dice si un hombre invita siempre debe pagar. ¿Así que no saco eso te pagamos la mitad? ¿Se me quedo la billetera? Dime la verdad. -mama siempre ha pensado que un hombre sea quien sea viva en un castillo o en una casa de cartón, si invita una a una mujer a salir debe pagar así sea lavando los platos.

-No mamá, el pago, todo el almuerzo, los helados, todo; de hecho, cuando yo iba a pagar mi parte se molestó.

-¿Ibas a pagar?.- grita Santiago.

- No te digo yo, boba, ¿cómo vas a pagar?.

-Bueno, lo hice por dos cosas, la primera para ver si me dejaba pagar y segundo porque no quiero que si él pagaba luego me cobrara o pensara que me quiero aprovechar.

-Si, señora Esther, su hija es una estúpida.

-Bueno, ya dejen la estupidez, me voy a cambiar, no puedo creer que se quedaran esperando por mí como dos chismosos, curiosos. Búsquense algo que hacer.

El día siguiente salgo con Karla, es mi mejor amiga, nos conocemos desde niñas, ella, Marcelo, Santi y yo somos como los mosqueteros, no nos vemos mucho por nuestro tiempo, no me conoce tanto como Santi, pero casi, esta mañana me llamo para que la acompañara a dar una vuelta, vernos y ponernos al día con nuestras cosas, le cuento que tuve una cita y no se lo cree.

Trata de sacarme más información de la que le di, pero no, de paso como se vería que le esté dando alas al hombre más mujeriego de toda la ciudad, me darían la razón para alejarme y la verdad no quiero, sé que debo, pero no quiero.

Después de hablar de nuestras cosas entramos a una tienda mientras que ella se prueba ropas.

-Está sonando tu teléfono - me dice Karla

- Pruébate ese conjunto, mientras contesto.- ni siquiera veo quien llama.

-Buenas tardes.

-Buenas tardes, doctora, ¿cómo está? - es ahí cuando veo la llamada y no lo creo, no lo tengo registrado en la agenda, pero lo reconozco es Gabriel.

-Bien, gracias y usted, ¿cómo está?

-¿Volvemos al usted? Ya habíamos hablado de eso.

-¿Cómo estás, Gabriel?.

-Bien, ¿cómo dormiste? Esperó que Morfeo no te haya molestado mucho.

-No, tú lo hiciste.

-Bien, Morfeo me adora para molestarme, sabe que mi sueño es sagrado¿y tú?.

-Dormí bien, soñé con un angelito muy hermoso.

-Eso es bueno, ¿cómo va la reunión familiar?.

-Bien aburrido, los eventos familiares a veces se extienden a no familiares y bueno, socializar. ¿Por allá como vas con tu día familiar?.

-Sí...- en eso pasa gente gritando, incluyendo Karla.

-Lucia, ¿cómo me queda este?. - me pregunta desde el probador cuando sale con un vestido azul rey hasta la rodilla con un Blaise negro encima.

-Te queda bien, me gusta. Mejor que el otro, pero mira te conseguí este Blaise de otro color a ver cómo te queda. - lo tomó y regreso al probador.

-Lo siento, ¿escuchaste eso?.-Le digo a Gabriel al teléfono.

-Si escuche, mucho ruido en casa.

-No estoy en casa, salí con una amiga y estamos de compras por así decirlo.

-¿Amiga, ningún familiar?.

-Eso dije.

- Es decir que si puedes salir con una amiga el domingo. ¿Dónde quedo lo de día familiar, sagrado y todo eso? Digo por qué si puedes salir con una amiga, pero no conmigo, es bueno saberlo. - Ay boba, ¿qué hice?.

-Sigue siendo día familiar pero con un ligero cambio de planes.

- Si, si, ya veo que puedes cambiar tus planes muy fácil, si no querías verme solo tenías que decir eso, no sacar la excusa de los domingos en familia.- aquí vamos una razón de por qué no tengo un novio, no tengo por qué darle explicaciones ¿quién se cree?.

-No es excusa y si cambio o no mis planes no es asunto suyo, no tengo por qué darle explicaciones, también recuerdo decirle que no podía salir con usted hoy y mis razones las tengo, estoy ocupada y no tengo tiempo para estar discutiendo bobadas es más no tengo por qué hacerlo, Adiós.

- Este hombre me desespera, quien se cree, no lo soporto.

-¿Todo bien?.- Me pregunta karla cuando sale del probador.

-Si, solamente era alguien sin importancia.

Idiota Terminamos pasando el día de compras, viendo tienda y hablando, pero si debo ser sincera no me gustaba tener esta sensación de que Gabriel estaba molesto conmigo o que sintiera que no quería verlo, pero tampoco me gusto su tono de reclamo, no es nada mío para estar exigiendo.

Así que se merece que le haya colgado.

-Habla- la voz de Karla me saca de mis pensamientos.

-¿Qué hablo, que te digo?.

- Desde que recibiste esa llamada estás pensativa y poco habladora.

-No es cierto, solamente te estoy escuchando.- lo malo de las amigas es que tampoco puedes ocultar nada.

-Vamos a quedarnos aquí todo el tiempo que sea necesario hasta que hables.

-Bien, era el guapo con el que salí ayer.

-Bien y entonces, ¿no me digas que te mando al diablo? Porque lo busco y lo mató, ¿quién se cree?.

-No, creo que fue al revés.

- ¿Cómo así?, explica.

- Ayer cuando me dejo en la casa me dijo para vernos hoy y le dije que no podía, sabes que los domingos me gusta estar en casa o salir con la familia, dormir, cosas sencillas, así que le dije eso.

Ahora que llamo escucho el ruido y le dije que salí con una amiga y se molestó; empezó a reclamarme, a decir que si cambio planes por amigas, que eran excusas para no verlo y que él lo entiende y más sandeces, le dije que eso no era su problema que no tenía por qué mentir y le colgué. ¡¿Qué?!.

-Amiga, pues es lógico, ¿qué se medió moleste,¿no?.

-¿Me hablas en serio?.- lo que me faltaba que mi mejor amiga se ponga de parte de él.

-Le dices que no lo vas a ver porque tienes asuntos familiares y ahora le dices que estás con una amiga paseando, es lógico que piense que le mentiste y que no lo quieres ver.

- Pero no fue intencional, vez que tú hasta me convenciste para salir, además ¿por qué tengo que darle explicaciones de lo que hago o aguantar reclamos?, no somos nada.

-Eso lo entiendo, pero ¿si hubiera sido al revés?. Si fueras el quién te dijo que no podían verse porque tenía asunto familiar y luego te enteras de que estuvo con sus amigos por ahí bebiendo o pasando el día, ¿no estarías pensando lo mismo?.

-Tal vez, pero no se lo reclamó, es libre para ser lo que quiera, ¡no somos nada!.

-Está bien, en eso tienes razón, no son nada, pero él también las tiene y no me discuta que sabes que tengo la razón.

- Ya vámonos que es tarde.

En la noche cuando estaba acostada me puse a pensar en lo que dijo Karla, tal vez si tenga razón, pero no tenía por qué reclamarme, no me gusta dar explicaciones de lo que hago o no, si cambio de planes pues los cambio y ya.

No me ha llamado, ni un mensaje nada, y si de verdad está molesto y piensa que no me importa, capaz es lo mejor así se aleja y fin de esta historia. De repente escucho el tono de mi celular que indica un mensaje, pero es muy tarde cuando lo leo, siento que se me sale el corazón.

"Lo siento, tienes razón, no tienes que darme explicaciones. Buenas noches."

Ay dios, se está disculpando, se merece que le responda y también me pase un poco.

“No, no tengo, pero es entendible, solo no me gusto como me hablaste".- lo envió, no pasa ni un minuto cuando resido su respuesta.

“Me pasé un poco, pero no me gusta que me mientan y sentí que eso hiciste".

“¡No mentí!, no me gusta salir los domingos y si lo hago es por asuntos familiares, pero a veces cambio de planes o me los hacen cambiar, no tengo por qué explicar mis decisiones, no quise colgarte de esa manera, pero tú me desesperas".

“Otra cosa en común, no nos gusta dar explicaciones, y tú me enloqueces".

No sé cómo responder a eso, paso minutos viendo el mensaje a ver que le contesto, pero no me viene nada a la cabeza cuando entra otro mensaje.

"No quise hablarte en ese tono, ¿me perdonas?".

“Yo no perdono, eso es de Dios, pero si te puedo disculpar, que no vuelva a suceder".

“No creo que pase como dije, tienes un don para sacarme de mí, pero algún día me gustaría ser la razón para cambiar tus planes".- ya estás cambiando mis planes.

"¿Yo cambiaría los tuyos?" - estoy loca como le voy a escribir eso.

“Ya los cambiaste, tú eres mi mayor plan" - Ay me derrito, no, no seas débil.

“¿Eso es parte del repertorio de conquista? Guao ahora entiendo por qué eres el hombre más cotizado y mujeriego del país, ¿así caen todas?".

“¡Sabes cómo sacarme el mal genio!, no es un repertorio, no necesito usarlas con ninguna mujer".

"¡No me grites!".

"No me desesperes".

“Es que ni por mensajes podemos entendernos, buenas noches".

"Tú me sacas el mal genio, ¿qué quieres que haga?, ¿cenaras conmigo?" - y después de todo quiere que salga con él.

"¿Hablas en serio?."

“Sí, déjame cambiar tus planes, :)" - Que bello.

“Después de lo de hoy vas a tener que compensarme muy bien con esa cena, que descanses".

“No te arrepentirás, ya verás, besos sueña conmigo".- ya sueño contigo desde el día en que te vi.

"No quiero tener pesadillas. Engreído, besos".

“Eso hirió mis sentimientos, Si esos besos van a hacer como los de ayer". - ¿Eso significa que no le gusto o que le gusto? Puede tener pesadilla.

Debo aprender a besar.

“Eso es decisión tuya"

"Me estás matando, quiero probar esos labios otra vez es más, voy a soñar con ellos" - ¡Si le gusto mi beso!.

“Ya veremos. Buenas noches, Gabo".

“Ya veremos. Buenas noches. Bella". - Me llamo bella, yo soy la que va a morir. Ya caí.

-*-

Estoy nerviosa, más de lo que estaba el sábado, no sé cómo saludar, no sé qué decir, no sé dónde me va a llevar, no sé qué hacer con ese beso.

No sé qué hacer con Gabriel, no me gusta cómo me hace sentir, no me gusta cómo me pongo cuando estoy cerca de él, no me gustan los pensamientos que tengo con él, no me gusta ser débil, pero tampoco lo quiero lejos, estoy loca.

Si me quiere besar otra vez y yo lo quiero besar.

-¿Hija?.

-¿Madre?.

- Acabo de ver a un hombre tan guapo, ojalá te consigas uno así.

- De que hablas mamá.

- Cuando iba entrando al edificio me lo tropecé con un hombre, pero que hombre, guapo, elegante, alto, con un porte y se ve que es gente de bien, con unos ojazos hija, así es que yo quiero uno para ti. No sé por qué, pero esa descripción me suena tanto a Gabriel, ¿será él? No, me hubiera dicho, donde está mi celular.

"Bien, no sé cómo entender esto, ya no sé cuántas llamadas te he hecho".

"¿Puedes decirme si o no?, me siento estúpido"

Ese fue su último mensaje hace una hora, ¿qué le digo?. Lo único que se me ocurrió decir fue una respuesta a ese comentario.

“No has pensado que tal vez lo seas".

Lo envié, pero sé que no era suficiente, lleva toda la tarde escribiéndome y llamándome tampoco soy desconsiderada. Iba a mandarle otro mensaje cuando veo que me llega su respuesta.

"Decidiste aparecer, bonita manera de mantenerme en zozobra".

“Esto se puede considerar como acoso".

"¿Cenamos?".

"Esa respuesta ya se la di" - Te estoy hablando Lucía, dice mi madre y la ignoro.

“Tuve un lindo sueño para ser preciso con unos lindos labios" - mi corazón empieza a latir con fuerza y se va mi sentido común cuando llega otro mensaje.

“Otra llamada perdida, me temo ser ignorado".

"La cena sigue en pie, paso por ti a las 7?".

¿Cómo no leí estos mensajes?.

- Madre, voy saliendo a cenar, nos vemos ahora. - recibo sus bendiciones y me voy, sé que está esperándome.

“Son pasadas de las 7"

"¿Ya cenaste o no quieres cenar conmigo?".

“Estoy lista".

"Bien, porque estoy abajo". -lo sabía, no pueden existir dos personas iguales.

"Me lo imaginé"

"¿Eso por qué?"

"Mi madre acaba de entrar describiendo un nombre exactamente como tú a menos que haya dos”.

"O no cielo, yo soy único, ¿ahora voy a seguir en espera o voy a poder saborear esos labios?".

Termino de abrir la puerta del edificio cuando lo veo parado frente a su auto mirando a su celular, puede existir un hombre más sexy y guapo, quiero besarlo de nuevo, suena mi celular y leo su último mensaje.

-Mujer que se respete se hace esperar.- él levanta su mirada hacia mí, y sonríe.

-Yo llevo esperando 48 horas, ¿es suficiente?.- Se va acercando a mí, huele delicioso a hombre varonil y sexy, me va a besar o no.

-Puedes esperar más. - así se detiene a milímetros de mis labios y le doy un beso en su mejilla

-Ahora sorpréndeme con la cena - se lo digo apartándome de él, estoy osada, lo sé jamás pensé en comportarme así ni sé cómo lo hago y donde saco la fuerza para hacerlo.

-Voy a sorprenderte con más que una cena. - me abre la puerta del coche mientras me deslizo en el asiento, pienso en esas palabras y me hace sentir nerviosa, asustada y ansiosa.

Cuando entra él al coche, luego le da las indicaciones al hombre Hulk.

-Hola Hulk, ¿cómo estás? - me dirijo a su chofer cuando se coloca frente el volante, es raro me mira por el retrovisor como si estuviera loca y Gabriel también.

-Bien señorita gracias.

-Me alegra - luego miró a Gabriel que me está mirando de una forma extraña, lo voy a ignorar y no hacer de esto algo incómodo. -¿cómo has estado, Gabo?.

-Mucho mejor ahora, ¿a ti como te terminó de ir ayer con tu amiga?. -Ya entramos en ese tema.

-Bien, la acompañé a comprarse varias cosas, comimos y luego a casa, nada del otro mundo. ¿Tu familia?. -Podemos seguir así algo casual.

-Bien, llegaron unos amigos y luego otros, lo normal.- nos miramos y ese silencio incómodo.

- Ahora que estamos de frente, quisiera volver a disculparme por lo de ayer.

-¿Por reclamarme cuando me llamaste o por desearme pesadillas antes de dormir?.- él sonríe y el ambiente ya no es tan incómodo.

-Por ambas, pero lo dije, en serio; si no querías verme solo me lo tienes que decir, no inventes excusa o me mientas, no me gusta, me molesta. - Sigue con que es una excusa, a ver cálmate Lucia no te molestes.

-Vamos a dejar algo claro, cuando yo no quiero hacer algo, simplemente no lo hago, no tengo que inventar excusa o mentir, solamente lo digo y ya.

A mí tampoco me gusta que me mientan - nos miramos y creó que quedo entendido.

-Lucía, no te voy a mentir, nunca lo voy a hacer y espero lo mismo.

-Yo igual Gabriel, para que lo sepas no quería que estuvieras en zozobra esta tarde, estuve ocupada y me olvide por completo de mi celular, me acordé de él cuando mi madre entro a la casa diciendo que vio a un hombre guapo y sexy de ojos claros en la puerta del edificio.

Luego lo vi y fue cuando leí tus mensajes y vi las llamadas.

Cuando lo veo me está mirando de una forma extraña y una sonrisa de soberbio que me lo comería.

-¿Qué? ¿Por qué me miras así y tienes esa sonrisa de soberbio engreído?.

-¿Soberbio engreído, he? Acabas de decir que soy guapo y sexy.

- Diablos, yo y mi bocata.

-Yo no dije eso en ningún momento.

-Si lo hiciste y no es algo que el mundo no supiera. - Uy, su ego va a ser algo que tendré que manejar.

-Como dije engreído, egocéntrico, eso no me gusta. -Me miro decepcionado, dije eso en voz alta.

-¿Me vas a decir dónde vamos?.

-Te va a gustar.- se acerca un poco a mí y me susurra al oído - Espero que tanto como para que me dejes probar tus labios otra vez. - Y cuando me va a besar nos interrumpen.

-Señor, disculpe, ya llegamos. - mi corazón late.

-Gracias Petter. Vamos.- Se baja del coche, me extiende su mano para bajar.

Mi cara en este momento debe ser un poema, el lugar es hermoso, el aire es muy fresco, la entrada parece un castillo, hay una linda muchacha en la entrada que al ver a Gabriel queda con esa cara de tonta, no la culpo quien al verlo no se queda así.

-Buenas noches, señor Ziegermman.

-Buenas noches.

-Su mesa ya está lista, pase por aquí.

Cuando la seguimos por un pasillo cubierto de luz blanca, alfombra roja, ventanales blancos que servían de paredes, había mesas y clientes, subimos por una escalera adornada con luces en los bordes de piedras blancas, cuando llegamos al segundo piso había pocas mesas y cada una separada por una pared blancas con tonos rojos para dar privacidad a los clientes si así lo deseaban.

Tenía una terraza con vista a la piscina del local rodeada de velas rojas y blancas algunas flotaban en el agua, había pequeños muebles donde estaban sentados un grupo de amigos en otros estaban parejas y podías observar toda la ciudad o bueno parte de ella, era un lugar elegante extremadamente elegante, pude notar la clase de personas que asisten aquí, la mayoría de los caballeros estaban en traje y las mujeres en vestidos, se ve que solo hay gente rica en este lugar, pensé ¿qué hacía yo ahí?, ni siquiera estaba vestida como alguna de ellas me sentía incómoda, pero aun así el local era un sueño, cálido, hermoso, románico jamás ni en mis mejores sueños espere estar en un lugar así.

-¿Te gusta el sitio? -La voz de Gabriel me saca de mi asombro.

-Sí, es hermoso y muy cálido.

-La comida es exquisita, el chef es un buen amigo y dueño del local, fuimos al mismo colegio.

Claro, era de esperarse.-Es decir, que vienes muy seguido.

-Es uno de mis lugares favoritos, el ambiente es muy versátil, está para todo gusto, familias, amigos, pareja..

-Es impresionante, el espacio, la ubicación, todo.

Empiezo a ver el menú y me di cuenta de dos cosas, uno no tienen precio y dos no entiendo casi nada de lo que dice, los nombres son tan raros.

-¿Qué te apetece cenar?.

- Carne, hamburguesa, camarones, lo que sea, pero que entienda, voy a meter la pata, lo sé, así que salgo de esto como mejor puedo con inteligencia.

-¿Qué me recomiendas?, después de todo es tu sitio favorito, tú debes saber; eso sí que no sea pollo ni sopa. - mi gusto no puede llegar tan lejos.

-Ya sé que no te gusta la sopa ni el pollo, lo tengo.

-Puedo comer pollo a veces, pero no me gusta y sopa por ningún motivo o circunstancia, aunque si pido sopa llama a un médico o a mi madre porque debo estar muriendo.- en serio soy como la caricatura de Mafalda, odio la sopa no hay manera de que la pruebe solo cuando estoy enferma.

-Perfecto, te recomiendo el Bellet shout- que será eso por dios, voy a morir de hambre.- te va a gusta.

-Con permiso, ¿tiene su orden? - pregunta la camarera obvio que a mí ni me mira sus ojos y su atención están todas hacia Gabriel.

-Sí, tráeme un Bellet shout y un Peguett

-¿Para beber?. -Gabriel me mira con esos ojos tan intensos y es cuando me doy cuenta de que ni miro el menú, obvio es su lugar favorito, su amigo es el dueño y chef debe saberse cada plato de memoria.

-¿Prefieres un coctel, vino o algo más suave?- Me pregunta con toda naturalidad, veo a la joven que no le cae muy en gracia que Gabriel no la haya mirado ni una vez.

-Ya te dije.

-Traernos una botella de vino blanco de la mejor cosecha.

-Sí, señor, con su permiso.- La joven se fue un poco disgustada.

-¿Sabes que a la mayoría de las personas les gusta que la miren a los ojos cuando se les habla? - Gabriel me mira extrañado por mi comentario, hombres todo hay que explicárselo con cucharilla- la joven no la miraste ni una vez, es descortés.

-No me di cuenta, estaba viendo algo más interesante que la mesera.

-Una botella de vino para la cena; ¿me quiere embriagar, señor Ziegermman?.

-Lo que pedimos queda mejor con un buen vino y no, no te quiero embriagar, te quiero bien consciente.

Nos sirven la copas de vino y la cena, no lo creó, es pescado con Camarones gratinados, no podían poner eso en el menú y ya, por lo menos.

-Brindemos -Gabriel alza su copa y yo la mía.

-¿Por qué brindamos?.

-Por una inolvidable noche con una hermosa compañía.

-Salud.- lo dijimos al mismo tiempo que tocábamos nuestras copas.

Pasamos a la cena y admito que es el mejor pescado con camarones que me he comido en la vida y el vino es delicioso ya entiendo por qué Gabriel le encanta comer aquí, todo es perfecto.

Hablamos de las cosas que nos gustaban y las que no, cuando terminamos de comer Gabriel nos pidió un postre que estaba igual de sabroso que la comida.

-Dame un momento.

Gabriel deja la mesa para contestar una llamada y yo aprovecho para levantarme hacia la terraza, respirar el aire, la luna se ve maravillosa como alumbra la noche, ni siquiera puedo expresar la vista tan perfecta que tengo en este momento me parece estar soñando.

Cuando siento el cuerpo de Gabriel detrás de mi pegado a mi espalda, me entrega mi copa y me susurra al oído, así me derrito.

-Hueles delicioso.

Santas, vírgenes, hadas, y todo lo que exista allá arriba denme fuerza para resistirme a este hombre. Me tomo un trago de mi copa porque como se responde ante eso.

-¿Te gusto la cena?.

-Si estaba deliciosa, tu amigo cocina divino, dale mis felicitaciones y dile que tiene una nueva admiradora.

-Se lo diré - me aparta el cabello del cuello y se acerca más a mí, tiemblo, sudo, me derrito, me excito, tomo un trago y se me va los sentidos; no puedo ser débil, no seas débil recuerda.

Ay dios me dio un beso justo debajo de la oreja y hasta lo sentí en mi parte más interna.

-Debo decirle, señor Ziegermman, que por esta cena y esta vista valió la pena cambiar mis planes.

-¿La compañía no fue grata?.- eso es lo mejor de esta cena.

-No ha estado mal por los momentos. - él se ríe, esa risa me mata.

-Te vez hermosa, me encanta verte en jeans - lo miro porque de todas las cosas que se me paso por la cabeza eso no me lo esperaba, además no ve que soy la única de este lugar que no carga un vestido elegante.

-¿Te estás burlando de mí? - me mira y no solo a los ojos, sino de pies a cabeza, me entro un calor.

-No, hablo en serio, me gusta ver como se adhiere a tus piernas, como se ve tus caderas cuando caminas y la forma que le hace a...- Va a decir mi trasero, este hombre es increíble, pero se ha callado.

-¿La forma que le hace a mí que?.

-Me fascina como se te ve, es más, desearía ser un uno para poder acariciar esa piel.

Calor, calor, calor, de donde salió tanto calor si hace un momento había frío, ¿qué rayos se le dice a un hombre cuando te dice algo así? Tomo otro trago de mi copa, se acerca más a mí y baja su cabeza, me va a besar y yo deseo ser besada, bésame, bésame, bésame!.

-Ay disculpen.- diablos, nos interrumpe la joven que nos está atendiendo, Gabriel se aparta un poco y no es por exagerar, pero si las miradas mataran esa pobre joven estaría calcinada por la mirada que le está dando Gabriel en este momento y yo ni sé que decir si estoy que la ahorco - ¿quería saber si desean algo más?.

-¡No!.

- Gabriel le contesta con un tono algo fuerte y agresivo, no quisiera ser esa joven en este momento, pero es mi salida para respirar, la joven se retira cuando Gabriel me mira otra vez con esos ojos, yo solo pienso CORREE!, se vuelve acercar.

-¿Dónde queda el tocador?

Por Dios de todo lo que puedo decir, eso es lo que se me ocurre. Gabriel me mira sonríe y me señala hacia donde están los baños.

-Gracias.

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