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Capítulo 7: Bésalo

-Hermana Denis, Cuando salgas de prisión, ¿qué quieres hacer? Quiero ir al Mar Fresco, la belleza del Mar Fresco es clara y limpia. Las aves acuáticas son muy lindas, los peces y los camarones en el Mar Fresco son muy deliciosos, el cielo es el más azul, el agua es la más clara, hasta el sol es más cálido que esta ciudad.

Quiero trabajar duro para ganar dinero, ganar mucho dinero, para ir allí y abrir un pequeño hotel. La abro no para ganar dinero, solo quiero estar frente al Mar Fresco todos los días, con reflujo y flujo. No necesitaré ganar mucho dinero, siempre que tenga suficiente comida y ropa, de vez en cuando veo a los mochileros ir y venir, ir y venir.

Hermana Denis, parece que me estoy muriendo. ¿Qué hago? No he tenido tiempo de echar un vistazo a la belleza del Mar Fresco.-

Ese fue el sonido del dolor y la tristeza que Denis no podía olvidar en esta vida. Abrazó a la chica y constantemente usó la temperatura de su propio cuerpo para calentar el cuerpo gradualmente frío de ella.

Cuando se estaba muriendo, la chica en sus brazos, con ojos claros, con deseo, miró un pequeño trozo de cielo fuera de los diminutos barrotes de la prisión, dijo, -Hermana Denis, de hecho nunca he estado en el Mar Fresco. La belleza del Mar Fresco la vi en televisión, en periódicos y en revistas. Sé que aunque pueda salir de la cárcel, no tendré dinero para abrir una pequeña casa de familia en el Mar Fresco. Solo quiero soñarlo cuando ya voy a morir.-

Hasta el día de hoy, Denis todavía recordaba la mirada anhelante en los ojos de la chica antes de su muerte.

Los recuerdos todavía eran tan dolorosos, y las comisuras de sus ojos estaban húmedas sin saberlo. Extendió la mano y se la secó en secreto. Ella estaba acostada el suelo, una mano tocó silenciosamente su cadera izquierda, donde era vacía, con un órgano menos de lo normal.

Por eso no podía beber, ella tenía que vivir.

¡Tenía una deuda y no podía pagarla!

¡Ella era culpable y aún no había sido redimida!

¡No!

¡No podría morir todavía!

Denis levantó la cabeza, miró a Joaquín, negó con la cabeza y dijo, -Sr. Garcia, mientras no me deje beber, cualquier cosa haré

¿Cualquier cosa...?

Los ojos como de halcón del hombre se entrecerraron, y las comisuras de su boca se volvieron lentamente hacia arriba, -¿Cualquier cosa?- Abrió la boca, con un indicio de peligro.

Denis Alonso, la hija mayor de la familia Alonso, ¿había perdido toda su confianza en sí misma y su arrogancia?

Él quería ver si la Srta. Alonso realmente se había convertido en otra persona.

-Siempre y cuando no beba yo. Cualquier cosa haré.-

-¡Vale!- pasó un destello de fría severidad en el rostro del hombre en el sofá, y luego chasqueó los dedos en el aire. Con el sonido de los dedos, una figura salió lentamente del rincón oscuro. –Señor.- El hombre estaba vestido con un traje negro, una pulcra cabeza bajó respetuosamente a 45°. Esta persona debería ser el guardaespaldas de Joaquín.

Denis miró a Joaquín en la penumbra en confusión. En el perfecto rostro dorado del hombre, lentamente estalló en una eisa, y sus delgados labios se movieron, -Bésalo.-

Denis siguió sus delgados dedos y fijó sus ojos en el silencioso guardaespaldas de traje negro detrás de él... ¡De repente, sus ojos se abrieron muy grandes!

-¿Qué pasó? ¿No eres capaz de hacerlo?- La sonrisa juguetona de Joaquín llegó al oído, -O, bebe. O, ahora mismo, comienza tu espectáculo.-

Como si un recipiente con agua helada se derramara de la cabeza de Denis, todo su cuerpo estaba frío y no tenía rastro humano, los oídos zumbaron, levantó la cabeza y miró al hombre como el rey de Dios en el sofá... ¿Qué dijo él?

¿Espectáculo? Oh... ¿Hacerla ser como una dama de compañía, que hicera escenas de besos ambiguas aquí?

Ella frunció lentamente sus labios secos, resultó que su primer beso sería tan barato. A pesar de que el único sentimiento por él que le quedaba era miedo, aunque ella había terminado sus sentimientos por él hacía mucho tiempo y los había enterrado en su corazón, pero seguía siendo irresistible que sentió un poco dolor.

Ella miró lentamente a Joaquín, esos ojos no eran ni fríos ni de odio ni de amor, ¡solo eran de mucha desesperación!

Joaquín admiró felizmente la desesperación en sus ojos. Esta mujer... debería rechazar su ridícula petición, ¿verdad? Beber o hacer una escena de beso con un hombre desconocido en público, cualquier mujer elegiría el primero, ¿verdad?

Además, ella era la Srta. Alonso. Esa arrogante Srta. Denis.

-¿Puede cambiar otro?- Después de todo, este sería su primer beso. Para él, podría ser barato, pero para ella, sería muy importante.

Ella no quería ser así y perdió su primer beso.

Ella ya no tenía nada.

El hombre levantó su copa de vino y dijo: -No estás calificada para negociar conmigo.- Una sonrisa feliz apareció en las comisuras de su boca. ¡Quería ver cuán humilde podría ser la Srta. Alonso de la ciudad S!

-Vale, ya lo sé.- Denis se puso de pie aturdidamente. Sus piernas no eran muy convenientes. Después de arrodillarse durante mucho tiempo, sentía dolor en los huesos de las piernas y casi se cayó al suelo de nuevo. Levantó la mano y golpeó sus muslos para relajar los meridianos y luego caminó sin fuerzas hacia el guardaespaldas negro.

Vieron que ella golpeó sus muslos, los hombres en la habitación solo pensaban que había estado arrodillada durante mucho tiempo y que sus piernas estaban entumecidas. Macaria sabía que la mujer que cojeaba, sufría un dolor que la gente común no podía soportar.

Macaria se arrepintió porque implicó a Denis.

-Denis...- Macaria no pudo contenerse a hablar, pero fue severamente advertida por Telmo, se asustó y cerró la boca, sus ojos llenos de pesar, pero no podría hacer nada que mirar a la pobre mujer que cojeaba.

Denis se veía aturdida, se acercó al guardaespaldas, respiró profundamente y espiró un suspiro sofocante. Después de un largo rato, fingió como si estuviera tranquila, levantó el brazo y agarró el hombro del guardaespaldas negro.

Parecía tranquila, pero el guardaespaldas vestido de negro que estaba más cerca de ella, agarrado por sus hombros con ambas manos, notó claramente el temblor de la Srta. Alonso.

A la Srta. Denis Alonso, él también la conocía. Pero este guardaespaldas negro todavía no podía creer que la mujer humilde y avergonzada frente a él fuera la arrogante y enérgica Srta. Denis de la familia Alonso.

De puntillas, los pálidos labios de Denis, temblorosos, se acercaron a los labios del guardaespaldas negro...

Perder el primer beso no haría perder un trozo de carne, pero la posibilidad de que ella no muiera después de beber esa botella de alcohol sería casi cero.

Ella quería sobrevivir, el primer beso no era nada comparando con eso.

La expresión de la cara de Joaquín parecía complicada. Ella eligió el último al final.

El hombre del sofá entrecerró los ojos y abrió los delgados labios. De repente sonó una voz desde la puerta, -Oye, ¿eres tú? ¿Por qué no te has ido?-

Tan pronto como sonó esta voz, todas las personas en la habitación privada siguieron el sonido. No se sabía cuándo, un hombre alto entró por la puerta de la habitación privada.

Denis se sorprendió y se volvió la cabeza y miró a la puerta, -Eres tú...-

Telmo miró al hombre alto y erguido en la puerta, luego miró a Denis, y sus ojos se entrecerraron, -Vaya, Norberto, la conoces.- Eso era rara, ¿Norberto la conocía a una limpiadora?

Telmo se tocó la barbilla, se veía como si estuviera viendo un buen espectáculo.

La mirada de Joaquín también cayó sobre Norberto. Había una oscuridad en su mirada.

A Norberto no le importaba que los ojos de estas personas se posaran sobre él, miró a Denis de manera extraña... ¿qué quería hacer la mujer? ¿Parecía que ella quería besar con fuerza al guardaespaldas de Joaquín?

Parpadó sus ojos con indiferencia, Norberto esbozó una sonrisa. -Vaya, qué extraño, justo después de que me fui, esta habitación privada se volvió animada.- Norberto puso su mano en el bolsillo del pantalón del traje y se acercó a Denis, preguntándola mientras caminaba. -¿Qué estás haciendo?-

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