Capítulo 4: Encontrarse con la cita secreta

Maldijo en voz baja por a haberse encontrado de verdad con la cita secreta. A punto de salir del lugar, los ojos cerrados del hombre abrieron de repente y fijaron su mirada diabólica en ella.

El corazón de Denis latía muy rápido, parpadeando sus ojos observó al hombre, y este al sentir su observación sujetó la cabeza de la mujer desconocida de una forma más perversa todavía, con esa postura ambigua besaba a la mujer. En su medio rostro se veían sus ojos negros y brillantes que eran más luminosos que las estrellas, y justamente esta mirada jocosa caía sobre Denis.

Denis se quedó sorprendida por un segundo, bajó la cabeza y se dio la vuelta para bajar las escaleras.

-Detente- Escuchó Denis a su espalda. De repente sintió una sensación de temor… Aunque no tenía intención de crear problemas, no estaba segura de qué podrían hacer las personas que vivían en un mundo lleno de dinero y poder.

Tras pensarlo un momento decidió dar la vuelta y respetuosamente se inclinó diciendo,

-Hola señor, disculpe mi interrupción. Lo lamento de veras- dijo Denis mientras señalaba con su dedo la salida de emergencia que daba acceso al sexto piso y añadió -Tengo una orden de ir a la habitación 606 para hacer la limpieza. Todo ha sido una casualidad, ruego su perdón por haber interrumpido en su tiempo.

Sin embargo, el hombre pareció haber escuchado algo novedoso, no se sorprendió por la voz áspera -¿Eres la señora de la limpieza? ¿Tan joven?- preguntó con su mirada diabólica puesta encima de Denis para examinarla de arriba abajo -¿Vas a ir a la sala 606?- consultó, pero antes de que Denis pudiera dar voz de “sí”, el otro le hizo un gesto con la mano y añadió -Ven, te llevaré-

Denis se quedó estupefacta, no obstante, solo dudó un segundo para ir tras él.

Ella conocía la mujer con la que estaba el hombre, era una modelo nueva cuyo nombre artístico era Erica Gutiérrez. Erica, al ver que el hombre caminaba hacia la salida de emergencia, fue tras él también.

-He dicho que la llevaré en lugar de llevarte. No me sigas- dijo el hombre que se detuvo de repente y giró dirigiéndose a Erica.

-Señor Norberto Martínez, ya no me mimas para nada… - dijo Erica con un tono de coqueteo. Al mismo tiempo un cheque apareció frente a ella y el hombre llamado señor Norberto Martínez con una sonrisa en la cara dijo -¿Ahora ya te puedes marchar?-

Los ojos de Erica se iluminaron, incluso su tono de coqueteo desapareció, cogió el cheque y alegremente dio las gracias.

Denis claramente contempló la escena, ese señor Norberto Martínez aparentemente entregó el cheque a Erica con una sonrisa en la cara, pero su mirada evidentemente era de burla.

-¿Qué pasa? ¿Te has enamorado de mí?- dijo el señor Norberto Martínez levantando la vista con su mirada perversa, al parecer captó la mirada de Denis.

-¿Qué?-

De pies a cabezas, el señor Norberto Martínez daba la sensación de ser musculoso y fuerte. Sin saber cómo ni cuándo, ya se había acercado a Denis, esta de sí no era muy alta. De modo que cuando el señor Norberto Martínez se acercó, ella se hizo más baja.

El señor Norberto Martínez entrecerró sus ojos diabólicos. Inclinando la visión hacia abajo pudo ver su cabeza negra que solo le llegaba hasta el pecho. Repentinamente se inclinó acercándose hacia su oreja, dijo -¿Te has enamorado de verdad? ¿De mi cuerpo? ¿O mi dinero? -

Denis no sintió nada más que una respiración cálida cerca de su oreja, y de pronto sus orejas sonrojaron completamente por instinto natural. Ella retrocedió un paso rápidamente, no obstante, se olvidó de que sus piernas habían sufrido heridas, de manera que al huirse de forma apresurada perdió el equilibrio en los pies y estaba a punto de caerse.

De improvisto, una mano grande consiguió abrazarla a tiempo.