Capítulo 14: Humillación y tortura.
Cuanto más pensaba Denis en ello más sacudía su cabeza - No quiero, Señor Joaquín García, no quiero ir al Departamento de Relaciones Públicas - Denis entró en pánico y suplicó clemencia -Sé que me equivoco, Señor Joaquín García, se lo suplico déjeme ir, he estado en prisión durante tres años y he cumplido con mi condena, si me da mi tarjeta bancaria desapareceré inmediatamente, me iré muy lejos, le prometo que no volveré a aparecer delante de usted en toda la vida-
Denis sólo sabía pedir clemencia, no se dio cuenta de la conmoción en los ojos de Ivana cuando se enteró de que había estado en prisión durante tres años. Ivana acababa de llegar a Ciudad S hacía dos años, no era originaria de la ciudad por lo que ella desconocía la situación de Denis.
Si fuera una persona que ha trabajado más tiempo para Joaquín, sabría claramente los asuntos sobre Denis.
Los ojos Joaquín se entrecerraron peligrosamente... ¿Todavía quería escapar?
¿No volver a aparecer frente a él en esta vida?
-Ja ~ - resopló, el hombre sacó su teléfono y dio instrucciones a sus subordinados para que hicieran algo, no mucho después se escucharon unos golpes en la puerta de la habitación y uno de sus subordinados entró y le entregó una tarjeta al hombre.
El hombre se agacho lentamente y fijó sus ojos en los de la mujer arrodillada, con los dedos agarrando la tarjeta bancaria -El dinero de esta tarjeta bancaria, Manrique acaba de retirarlo todo-. Denis echó un vistazo a la tarjeta bancaria y ladeó la cabeza confundida para mirar a Joaquín.
El hombre con sus finos labios lentamente dijo -Quieres que te deje ir, ¿verdad?-.
Denis se quedó helada y aunque no lo entendió, asintió inmediatamente con la cabeza.
-¿Crees que soy una buena persona?- El hombre siguió preguntando y Denis dejó de hablar. El hombre se rio ligeramente -Así es, Joaquín García nunca fue una buena persona, ¿cómo podría dejarte ir tan fácilmente?-.
Parecía que estaba hablando de otra persona, Joaquín miró a Denis despreocupadamente, como un gato atrapando un ratón, divirtiéndose con la presa en su palma, una sonrisa hechizante se levantó lentamente en su hermoso rostro.
-Denis, ahora no hay ni un centavo en esta tarjeta, mientras ganes los cinco millones completos-, mientras decía, el hombre agitó la tarjeta bancaria en su mano -Mientras tengas la capacidad de depositar cinco millones en esta tarjeta, te dejaré ir. ¿Qué tal te parece?-
¿Cómo?... Los ojos de Denis estaban perdidos al observar la tarjeta bancaria entre los dedos del hombre. Lo que hay en su rostro ya ni siquiera es desesperación... ¡Definitivamente no tenía intención de dejarla ir!
Cinco millones... era una cantidad enorme para ella ahora, tan grande que no se atrevía a imaginar. Y para Joaquín, ¿le faltaban esos cinco millones? Denis entendió la burla de Joaquín en un instante.
Los profundos ojos del hombre se fijaron en el rostro de la mujer que tenía en frente, sin dejar de lado ninguna expresión mínima de su cara, en ese instante sus ojos brillaron y las comisuras de sus labios se levantaron ligeramente... ¿Quieres escapar? Sigue soñando.
Joaquín se levantó, la tarjeta bancaria entre sus dedos cayó frente a Denis, -Denis, no me importa el método que uses, cuando haya cinco millones en esta tarjeta, es cuando te dejaré ir. De lo contrario, si quieres ser libre, ni lo imagines. Y ni se te ocurra huir, mientras vivas en este mundo, podré encontrarte sea donde sea-
Cinco millones... ¿De dónde sacaría cinco millones?
Con pánico... giró su cabeza en dirección a Joaquín que estaba abriendo la puerta de la habitación y gritó con ansiedad -¡Señor Joaquín García, está exigiendo una situación difícil! Sólo hago la limpieza, ¿Cómo ganaré cinco millones?-
El hombre se volteó y miró hacia ella -Ivana te transferirá al Departamento de Relaciones Públicas, vende sonrisas, vende lástima, vende estupidez o vende fealdad, de todas formas puedes vender cualquier cosa que se te ocurra, la gente rica tiene muchos fetiches, no dijiste que puedes arrodillarte cuando tú quieras, sólo sabrás si lo intentas. Si no puedes, aún puedes vender tu cuerpo- En ese momento el hombre levantó la comisura de su boca.
-Pero viendo cómo estás ahora... lo veo difícil- Joaquín entrecerró los ojos y dijo -Compórtate-, Denis observó la espalda de Joaquín desapareciendo de su vista.
La cara pálida de Denis no tenía ni un rastro de color, provocando que Ivana no pudiese aguantarlo dentro de ella... -¿Qué has hecho para ofender así al Señor Joaquín García?-
Denis giró la cabeza para mirar a Ivana, revelando una sonrisa miserable, en ese momento, Ivana sólo vio los labios pálidos de Denis, una marcas de dientes ensangrentados, -¿Estás bien?- preguntó Ivana.
-Estoy bien-, Denis se levantó y su cuerpo se tambaleó, Ivana no pudo soportarlo y estuvo a punto de extender su mano para ayudarla, Denis apenas se mantenía en pie mientras una sonrisa de agradecimiento apareció en su pálido rostro -Gracias Ivana-
-¿Estás... segura de que estás bien?- Vio que Denis no podía ni siquiera estar en pie de manera estable, realmente no cree que Denis haya dicho las palabras “Estar bien”.
Denis negó con la cabeza a Ivana, todavía con las mismas dos palabras -Estoy bien-.
Quien creería que... Ivana miró a la mujer que se esforzaba por caminar y no pudo evitar preguntarle -Tú y el Señor Joaquín García se conocían ¿verdad?-
Ivana vio claramente una rigidez en la espalda de la mujer que tenía delante, pero ella le preguntó a su vez -Ivana, ¿dónde está el Departamento de Relaciones Públicas? ¿Estaré trabajando esta noche?-
Esta vez fue el turno de Ivana de quedarse perpleja, -Tú...- Ivana originalmente quería preguntar algo más, las palabras llegaron a sus labios, se retractó y dijo en su lugar, -Vamos, te llevaré allí-.
A lo largo del camino Ivana intencionalmente retardó su paso, ella al estar en sitios de libertinaje obtuvo una vista muy aguda que cayó en las piernas de Denis, no había prestado atención antes pero ahora se percató de que las piernas de Denis no eran normales.
-Denis, tu pierna, ¿está entumecida por estar arrodillada hace un momento?-
Denis lo pensó, ahora que las cosas han llegado a este punto, no hay necesidad de ocultarlo a Ivana, mirando a Ivana, Denis lentamente le dio la espalda, se levantó la ropa y le dijo -Ivana-
La mirada de Ivana junto con el movimiento de Denis cayó sobre la piel de la cintura trasera que no estaba cubierta por la ropa, de inmediato, aspiró una bocanada de aire frío -Tú...- inconscientemente, los ojos de Ivana se abrieron de par en par con horror, se cubrió la boca y miró incrédula a la mujer que tenía delante.
Mientras Denis se acomodaba lentamente su ropa miró a la sorprendida Ivana -Ivana, me falta un riñón por lo tanto mi cuerpo se volvió más débil y me duele cuando camino rápido-
-¿Y… el riñón?-
-Lo donó, ni yo lo sé-.
Ivana que es una mujer que ha visto grandes acontecimientos en su vida, en este momento, frente a la cara calmada de Denis diciendo que ni ella sabía dónde estaba su riñón, no podía aguantar tal escalofrío... ¿Cómo Denis puede estar tan calmada?
-¡Eso es un riñón y es parte de tu cuerpo!- Ivana se esforzó por detener el grito de rabia, reprimiendo su voz y diciendo con la mayor calma posible. ¿Cómo Denis podía hablar con tanta calma?
Denis levantó la comisura de su boca y dijo -Lo sé-. Aparte de estas dos palabras ella no dijo nada más, sólo miró a Ivana, con una mirada firme mientras suplicaba -Ivana, este asunto, por favor, manténgalo en secreto-. No quiere que nadie más se entere.
-¡Tú... estás bien!- Ivana respiró profundamente para calmarse, aún no entendía, siendo que ella siempre ha sido estricta consigo misma, cómo podría tener cierta similitud con esta mujer que tenía frente a ella.
Después de pensarlo, Ivana preguntó -Ya que te falta un riñón, ¿aún quieres entrar en el Departamento de Relaciones Públicas? Tienes que ser capaz de beber alcohol para estar en el Departamento de Relaciones Públicas, incluso si no puedes beber, cuando te encuentras con un cliente problemático, todavía tienes que entretenerlo con una copa o dos, déjame ir a hablar con el Señor Joaquín García, no puedes entrar en el Departamento de Relaciones Públicas en tu condición- Por alguna razón desconocida, Ivana sólo quería ayudar a Denis.
-Ivana, no vayas- Denis dijo apresuradamente a Ivana, mirando a Ivana con una súplica claramente escrita en sus ojos, -... El Señor García puede que ya lo sepa- Dijo abriendo la palma de su mano revelando la tarjeta bancaria en su interior, mostrando una miserable sonrisa a Ivana -Ivana, usted sabe mucho, ¿puedo ganar cinco millones con esta apariencia que tengo?-
La respuesta era obvia, el cuerpo de Ivana se estremeció ligeramente y pareció entender algo, el Señor Joaquín García estaba torturando y humillando a esta mujer que está frente a ella.
Pero, todo esto era demasiado cruel ...