DUEÑO Y ESCLAVO
— Que castigó estoy pagando mi marido muerto, una hija divorciada y una a punto de morir - Exclamó Gabriela al ver a Susan saliendo, la mujer no se había dignado a irse hasta la habitación de su hija, no podría soportar verla, pero, en cambio, prefería molestar a Susan.
— Mamá los divorcios ocurren - Antes de que Susan expresará algo más la voz de alguien las interrumpió.
—¿Susan? - La voz de Norma Park sorprendió a Madre e hija - Hija mía, como estás he estado intentando comunicarme contigo en 7 días es el cumpleaños de la abuela, Gabriela siempre es un gusto verte - Norma Park es la madre de Andrés Park y exagera de Susan.
— Norma - Saludó Gabriela, pero se notaba el dolor en la voz de la mujer.
— ¿Qué sucede? Susan cariño ¿Qué tienes? - Si había algo que destacar era el cariño que le tenía la familia Park, pero no así Andrés a Susan.
— Bianca presentó complicaciones y los médicos acaban de informar de que el tratamiento fallo - La voz de Susan era inaudible.
Norma se llevó las manos en la boca sorprendida y dolida por su nuera.
— Dios esa es una noticia muy trágica— La mujer le acaricio la cabeza a su nuera o al menos ella aún no estaba enterada del divorcio - ¿Por qué no está contigo Andrés? tu esposo debería de estar aquí contigo.
— Él está trabajando no es buena idea molestarlo - Susan intento escucharse tranquila.
— Tengo que ir a consulta te llamaré más tarde y lamentó lo ocurrido - Norma se despidió de las mujeres.
— Haz algo bueno y utiliza a Norma para recuperar tu matrimonio - Gabriela se había ido en dirección a la sala de Bianca mientras que Susan volvió a marcar el número de James y 3 tonadas después la llamada se conectó
— SACRAMENTO GROUP - La llamada finalizó, pero Susan tenía claro lo que debía hacer así que tomó un taxi y se dirigió al Conglomerado de Sanatorios más Grande de Europa, SACRAMENTO GROUP era conocida por formar Profesionales destacados y los mejores del Mundo en el Área de la Salud, pero bien lo había dicho el médico, aceptar la ayuda de ellos era vender el alma al diablo, se trabajaba como una Empresa en ella, pero todos los que la conforman pertenecen a la Mafia, aunque no entendía que tanto tenía que ver el hombre con ellos, Susan seguía sin dimensionar el Poder de James Campbell.
La mujer se sorprendió de ver semejante edificio ante ella, pero se armó de valor hasta llegar a la recepción.— Me puede indicar en donde encontrar a James Campbell - Expresó Susan con un poco de vergüenza.
— Identificatorio por favor.— Expresó la secretaria, todos vestían pulcramente de blanco era Lógico, todos pertenecen al área de la Salud - Puede avanzar piso 666 - Susan agradeció aunque le llamó la atención el número 6 era el número del Diablo cuando la puerta se abrió dejó a la vista de la mujer un sitio extravagante desde el enorme ventanal se observa la gran ciudad, pero la espalda de James observando desde el cristal hizo que Susan cayera en cuenta a lo que estaba viniendo.
— Has llegado 2 minutos tarde - El apuesto y peligroso hombre se dio la vuelta - Pero seré considerado ¿Qué quieres? — James se mostraba totalmente desinteresado.
Susan se quedó en silencio lo que tenía que decir, no podía expresarlo un nudo se había formado en su garganta y de tan solo imaginarse lo que estaba por hacer sintió un pinchazo en el corazón.
— 10 segundos - James era implacable o quizás solo le molestaba que la mujercita que tenía ante él no acudiera de inmediato ante su llamado, teniendo en cuenta que si hubieran sido otras mujeres no hubieran dudado ni medio segundo.
— Aceptó ser tu mujer a cambio de que salves a mi hermana - aquellas palabras fueron expresadas en voz baja, pero la vida de Bianca vale más que ese sacrificio.
— ¿Yo te he dicho eso? - La ironía en la voz James hizo que Susan levantará la cabeza - Serás mi amante sexual ¿entiendes? amante, la mujer con quién tengo sexo - La mujer se había quedado sin rastros se sangre en su rostro - No estás calificada para ser mi mujer, pero si mi amante, solamente la Dama del Mafioso que en nuestras tradiciones significa ser la mujer que le da Placer sexual, pero no es la adecuada para ser esposa o madre de los hijos de un mafioso - Los ojos negros de James podrían penetrar el alma de la mujer, que no tenía tiempo de analizar las palabras del hombre en su mente solo tenía presente que la vida de su hermana valía eso y mucho más.
- Yo lo aceptó - Susan tenía los ojos llenos de lágrimas, pero valía la pena, la vida de su pequeña hermana lo valía, siguió repitiéndose ella misma.
— Ven, acá, ven - James parecía saber perfectamente lo que estaba haciendo - Quítate la ropa, lentamente quiero ver tu cuerpo desnudo.
Susan tragó saliva esto estaba yendo muy lejos - Primero sálvala - Expresó Susan.
— Depende de tu desempeño en la cama, quítate la ropa - Volvió a repetir James— Tienes 30 segundos y si declino mi oferta ve despidiéndote de tu hermana porque no existirán suplicas que valdrán la pena.
Susan empezó a obedecer el miedo nublado sus pensamientos, pero necesitaba la cura para su hermana, lentamente empezó a despojarse de sus prendas, sus manos temblorosas, lágrimas empapando su dulce carita y un lobo feroz delante de ella, un lobo que la veía como una presa más.
James Campbell venía por venganza en busca de Andrés Park, pero no se imaginaba que en su camino se cruzaría la misma exmujer de su enemigo y él sabía perfectamente cómo utilizar ese truco a su favor, no la iba a amar y ella no tiene nada que ver con su venganza, pero sabe que Andrés se va a molestar.
Susan había quedado en lencería, los ojos de James contenían Fuego al observar el cuerpo de la mujer —. Acércate.— Se notaba que la voz del hombre había cambiado, se había vuelto grave, los pasos de Susan se sentían pesados —. No llores aunque estoy seguro de que después del dolor vendrá una pasión incontrolable, quítame el saco - James le dio la espalda y Susan obedeció, pero sus movimientos eran torpes con las manos temblando sintiendo cómo la fragancia del hombre se infiltró en sus fosas nasales .
— Cada segundo que te tardes es un segundo de vida que pierde tu hermana - eso detonó el nerviosismo de Susan aún más.
Un minuto después James estaba con el torso desnudo y ya no había marcha atrás y Susan lo supo al sentir los labios de James presionando los suyos, el hombre la cargó e hizo que se sentará a horcajadas encima de él, la mujer tenía nublado el pensamiento el beso se intensificó los dientes tiraban de su labio provocándole dolor y el sabor de la sangre se sentía.
Ya no había nada que impidiera que sus cuerpos se unieran, ella estaba desnuda y el hombre solamente se bajó la cremallera del pantalón, el miedo de Susan no tenía límites, su cuerpo estaba temblando el hombre del sofá en dónde pensó en tomarla la llevó a la pequeña cama con la que contaba en la habitación posteriormente ya no hubo marcha atrás, y el grito de dolor en aquella posición al sentir que su pequeño cuerpo fue invadido por el del hombre era un calvario, James la había penetrado profundamente.
- Relájate ya va a pasar - El hombre tenía la voz muy ronca, había empezado a embestirla, la habitación se llenó de gruñidos del hombre y no importaba cuanto Susan haya suplicado el ataque de James en su cuerpo fue brutal, la habitación Presidencial de James se llenó del hedor del sexo, el cuerpo de Susan lentamente empezó a reaccionar y de súplicas pasaron a pequeños gemidos, la cama fue testigo de un salvaje encuentro y el éxtasis de placer experimentado por ambos.
Cuando todo termino Susan se había quedado profundamente dormida, mientras que el hombre se había metido a la ducha al segundo de salir marcó el número de alguien - Traslada a Bianca Lefebvre a la Secta, estaré allí mañana a primera hora, ustedes saben los procedimientos que deben llevar a cabo antes de iniciar el tratamiento— Con aquella orden James también había cumplido con su palabra la joven de 18 años accedería al tratamiento.
Él fue a la habitación nuevamente y la observo durmiendo placidamente - Soy tu dueño— Expresó sin imaginarse que él será su dueño, pero también su esclavo.