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Capítulo 2 parte 1

MÓNACO MONTECARLO

 

POV ZAHIRA

—Estoy contenta de que hayas aceptado venir a visitarme —chilla Cassy emocionada en cuanto me ve salir por la puerta del aeropuerto.

Coloco mis ojos en blanco al ver como da saltitos de felicidad mientras se aproxima a mí, todos a nuestro alrededor la miran pero eso parece importarle a ella poco.

Que no se le ocurra darme uno de esos abrazos estranguladores que te quitan hasta el aire...los odio.

Por más que mi padre me pidió que usara el jet privado me negué, no me molesta subirme a un avión con otras personas y la comodidad que brinda la primera clase es muy buena.

No estoy aquí precisamente porque quiero y mucho menos he venido para visitar a mi hermana, pero quien soy yo para romper sus ilusiones, mi padre me ha enviado para que asista a la celebración del cumpleaños número veinticinco de los gemelos Eline y Jonathan Grimaldi, príncipe y princesa de la casa real de los Grimaldi, los próximos herederos del principado de Mónaco. En realidad no quisiera asistir sola y mi hermano no vendrá conmigo por los problemas que tiene pero ese es otro asunto, a diferencia de mi hermano y por más problemas que tenga, yo no evado mis compromisos reales, aunque en estos momentos mi vida sea una mierda eso no quiere decir que tenga que dejar de cumplir con mi deber.

¿Y por qué mi vida es una mierda? Pues la respuesta es muy sencilla. Por ser una estupida, por haber entregado mi corazón a la persona equivocada. Llegué a tener la vana esperanza de que el seria mi esposo, pero no. Él muy hijo de puta huyó como un cobarde al poco tiempo de conseguir lo que quería.

Ese maldito se llevó esa noche mi dignidad, mi honra y mi honor. Pero la culpa la tuve yo por cometer la estupidez de abrirle mi corazón así de la misma forma en que le abrí mis piernas, mi padre aún no sabe nada y aunque sé  lo liberal que es con nuestras costumbres. No le caería muy en gracia el saber que su hija ya no es virgen y menos que el hombre que la deshonró salió huyendo más rápido que flash.

—A mí también me alegra estar aquí —le miento a mi hermana mientras finjo una sonrisa.

Como era de esperarse mi hermana me abraza hasta sacarme el aire y tengo que darle un leve empujón para que me suelte. No me gusta de a mucho las muestras de afecto y ella lo sabe.

—Pero mira nada más lo hermosa que te has puesto Zayi —me halaga Cassy  mientras me toma por una de mis manos y me gira.

—Y tú no te quedas atrás —le digo de todo corazón, Cassy pasa una de sus manos por encima de mis hombros y me atrae a ella mientras comenzamos a caminar.

A pesar de ser solo medio hermanas nuestro parecido es innegable, siempre recalcan lo mucho que me parezco a nuestra madre, pero mi hermana es la viva estampa de ella; con su cabellera rubia y sus impresionantes ojos marrones es más que suficiente para confundirlas.

Un hombre corpulento de algunos treinta y tantos, pelinegro, de rasgos muy atractivo aguarda por nosotras en el auto estacionado afuera, Cassy me suelta y se lanza en los brazos del hombre y me siento incómoda al ver como mi hermana lo besa metiendo su lengua hasta lo más profundo de su garganta, tengo que esquivar la mirada para no ver tan bochornosa escena, siento como mi rostro comienza a arder y eso que no es a mi a quien besan.

—Ay...lo siento Zayi que mal educada soy —pronuncia mi hermana de forma entrecortada.

"TRANQUILA...NO SE NOTA"

—Él es mi prometido Daniel —el hombre da una cabezada en forma de saludo y los dos se miran con adoración, siento como se me estruja el corazón al recordar que no hace mucho también miré a alguien de esa manera y me siento estupida por ello.

—¿Tú prometido? —le cuestiono un poco incrédula después de analizar sus palabras.

—Si —se acerca a mi como si me fuese a decir un secreto—, nadie lo sabe, tú eres la primera que se entera —me susurra y le sonrío.

Me gusta que mi hermana me confíe sus secretos, siempre fuimos muy unidas y aunque nos separamos cuando ella decidió mudarse a Francia para forjar su vida, veo que seguimos compartiendo esa misma complicidad.

—De verdad me alegra que te vayas a casar.

Me acerco al hombre con paso firme y lo halo por el cuello de su camisa. 

—Como le llegues a romper el corazón a mi hermana, te juro que después vendré yo a romperte las bolas —gruño y el hombre enarca sus cejas.

 

—Carajo...es cierto lo que decías de su carácter difícil —pronuncia mirando a mi hermana.

—Deveria ser yo la que en estos momentos estuviera triturandole las bolas a cierto desgraciado —habla Cassy algo molesta y mis entrañas se remueven por revivir ese recuerdo—, pero cierta persona se niega a decirme quién es —me mira en forma de reproche mientras me quita las manos del cuello de su prometido.

Tan territorial y posesiva como siempre.

La misma noche que ese hijo de puta me abandonó en Londres llamé a mi hermana llorando a mares para contarle todo.

—Dejalo ya, no vale la pena —digo tajante y entro al auto sin esperar que nadie me abra la puerta.

Mi hermana habla algunas cosas con su novio antes de entrar al auto y después de unos minutos entran los dos en silencio.

Todo el camino no pronunciamos ninguna palabra y en verdad lo agradezco, no quiero hablar del tema y mucho menos que me pregunten algo de lo que no quiera dar respuesta, seria grosero de mi parte y no quiero causar mala impresión.

Disfruto de la hermosa vista que ofrece Montecarlo, los grandes caseríos van quedando atrás y ahora lo que queda a la vista son las imponentes mansiones de la zona más adinerada del lugar, siempre me imaginé que a mi hermana le iba bien ejerciendo su carrera de arquitecto, pero jamás pensé que le daría para vivir en un lugar tan lujoso como éste.

Nuestro padre siempre le insistió para darle su ayuda económica, pero mi hermana lo rechazó muchas veces alegando que no necesitaba de su dinero para poder vivir, que ya le había bastado y sobrado con que le diera muchas comodidades cuando ella y mi hermano mayor eran niños e incluso le agradecía haber pagado sus estudios en las mejores escuelas pero ahora ella era toda una mujer hecha y derecha, y podía forjar su propio camino...nosotras siempre hemos sido tan independientes, incluso yo me he negado a manejar las empresas de mi padre, mi hermano Zahel y mi hermano Anthony son los que en estos momentos se están haciendo cargo de ellas y aunque me gusta ser independiente tengo algunos negocios y contratos con las empresas de mi padre.

Mi boca se abre de manera exagerada y tengo que obligarme a cerrarla para evitar que mi mandibula caiga al piso del auto, siempre he estado acostumbrada al lujo y excentricidades, pero ver las maravillas arquitectónicas que mi hermana es capaz de crear me asombra, más que una mansión parece un palacio, el auto atraviesa las grandes verjas negras y me maravillo con la vista, los jardines son verdes y llenos de flores, la entrada muy amplia y tiene en el medio una gran fuente, las paredes tienen un toque envejecido que las hace ver muy elegante y los grandes ventanales la hacen parecer una gran caja de cristal, bajo del auto hipnotizada y mi hermana me sujeta del brazo para guiarme adentro, un hombre de rasgos asiáticos sale de la mansión y hace una reverencia cuando nos ve.

—Hung mij, has el favor de bajar las maletas del auto y colócalas en la habitación de mi hermana —le ordena mi Cassy y el hombre asiente. 

—Sabes que puedo alquilar un lugar mientras permanezco aquí ¿Cierto? No quiero ser una molestia.

—Ni de coña —se niega—, tu eres mi hermana y te tienes que quedar conmigo.

—¿No sera más bien, que cierto Malik árabe te dijo que me mantuvieras vigilada? —le cuestiono.

—Bueno, eso también —Admite de manera divertida y las dos reimos.

Entramos a la casa y si antes había dicho lo majestuoso que era afuera, no hay palabras para describir el interior, los pisos son resplandecientes y muy pulidos, las paredes del lugar están pintadas de azul y blanco dándole un toque victoriano, la decoración es sencilla pero muy bien escogida y sin duda este lugar es de ensueño.

Subimos las escaleras Y buscamos mi habitación, entramos por la tercera puerta del pasillo y ahí está, todo como a mi me gusta.

—Recordaste mi color favorito —le digo encantada a mi hermana.

—Nunca se me olvidaría que te gusta el rosa empalagoso —pronuncia con sorna y la miro de mala gana—. ¿Quieres ir a la playa? —me cuestiona de repente—. Playa Lobato es hermosa y así podrías distraerte un poco —agrega dandome animo.

La verdad no quisiera ir a ninguna parte y mi hermana está tan contenta que no soy quien para dañar su felicidad, pero de verdad estoy muerta de cansancio y lo que menos quiero ahora es ir a asolearme ya he tenido mucho con el sol sofocante del desierto.

—No...gracias —noto el desánimo en su rostro—, estoy un poco cansada por el viaje y por ahora solo quisiera descansar tal vez otro día—agrego y ella asiente.

—Bueno, Daniel y yo iremos más tarde, si cambias de opinión me avisas —se despide y cierra la puerta dejándome en la soledad de la habitación.

Doy un suspiro y me tumbo boca arriba y con los brazos abiertos sobre la cama, quiero que este mes se pase volando, quiero regresar a la comodidad en mi apartamento en Londres, ese es otro tema que debo hablar seriamente con mi padre, no se puede seguir negando a que viva sola en Inglaterra, nunca me ha dado miedo y el tiene que aprenderme a soltar.

Sé que el nunca me pediría que me casé para cumplir el deber que tengo con mi nación, pero también soy consiente que si me caso con alguien que traiga prosperidad a nuestras tierras seria muy conveniente para nosotros, tengo la sospecha de que mi padre no me quiere dejar ir a vivir sola, porque quiere que me case primero y no me ha dicho nada aún porque no quiere presionarme, como también sé que quiere que lo haga escogiendo yo misma.

Los pretendientes me llueven eso no lo puedo negar, pero el verdadero problema aquí soy yo. Ninguno me interesa y al parecer esa inconformidad la heredé de el, mi madre siempre nos cuenta la historia de como se enamoraron ella y mi padre, y a pesar de que el la trajo con engaños para luego secuestrarla aún se aman sin importar nada.

No estoy de acuerdo con la manera en las que se dieron las cosas entre ellos, pero así es el amor y gracias a eso mi hermano Zahel y yo existimos.

Busco mi teléfono móvil en mi cartera y comienzo a ver mis redes sociales, noto que una de mis amigas con la que estudié en la universidad se casó la semana pasada.

"vaya...al parecer ahora todo el mundo lo está haciendo y tu eres la única que no tiene con quién"

Ay...ya callate maldita consciencia...

Coloco mis ojos en blanco y sigo bajando, retrosedo con brusquedad cuando una foto llama mi atención. 

—No...ese maldito...hijo de perra —murmuro con los ojos  abarrotados por las lagrimas que amenazan en salir.

La foto es de mi ex novio abrazando a otra chica con la que se ve muy feliz me hace hervir la sangre, pero eso no es lo que verdaderamente me afecta, lo que me afecta en realidad es lo que dice el pie de foto.

"El exitoso empresario irlandés Edward bangCooper ha anunciado que contraerá nupcias el próximo mes con su hermosa prometida Eleonord Sweekman princesa de la corte real londinense"

¡Carajo...! ¿Por eso me dejó? Vio un mejor partido en esa chica y sin dudarlo fue por ella, bastardo hijo de perra.

Tengo tantas ganas de matarlo que sé que con tan solo contarle todo a mi padre el lo traería ante mi y lo mataría, pero no.

Aunque mi sangre árabe sedienta de venganza quiera destrozarlo no me rebajaría a ensuciarme las manos con una escoria como él y menos le permitiría a mi padre mancillar su honor por una basura como lo es Edward.

Aprieto el teléfono con fuerza y lo lanzo con ira a un lado de mi cama, seco mis lágrimas y me niego a quedarme encerrada en la habitación llorando por un hombre que no se merece que aún lo ame, me levanto de la cama en un impulso lleno de furia y abro la puerta de un tirón, en el pasillo me encuentro a Daniel que en cuanto me ve sonríe.

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