Alfa Misterioso
— Manada Luna De Oro
— Tú más que nadie sabes cuál es la razón por la que finjo mi relación y ser destinado de Siena, una de esas razones es para llevarla a la cama y la otra porque me están obligando, además ya me frustra que Siena no abre las jodidas piernas - la voz de Alfa Edwin se escuchaba claro y fuerte.
— ¿Te estás escuchando Edwin? Eres un patán, te advierto que no quiero que la lastimes - Le advirtió furioso su amigo al Alfa. — No la voy a lastimar Tom, bueno solamente un poco cuando decida ser mía— Edwin hablaba con cierta burla.
— Alfa te recomiendo que mejor te pongas a buscar a tu Luna y deja a Siena en Paz. — Tom soy el Alfa de la Manada, si quiero la sumisión de la loba lo lograré sin ningún esfuerzo— ninguno de los dos se habían percatado de que alguien más estaba escuchando aquella conversación Siena Landfor la loba de 17 años de Edad se sentía lastimada por las palabras que su novio estaba expresando.
— Lo ves, eres una completa estúpida, de una y mil maneras te he dicho que Edwin no nos quiere, pero tú de tonta creíste que si - la voz de Venus, la loba de Siena se escuchaba en su mente.
— Basta Venus, no quiero escuchar tu infinita sabiduría a estas horas - Fue la respuesta dada por Siena, aunque sentía que Venus estaba bastante furiosa queriendo arrancar la cabeza de Alfa Edwin.
— No pienso calmarme - Respondió la loba - además jamás le daría mi sumisión a ese Alfa de pacotilla, prefiero que te entregues a cualquier Omega que a él.
— Venus, cállate— Siena se había adentrado al bosque, los pensamientos de la Loba viajaron hasta su padre. — Si no fuera porque papá era el Beta de la manada, ya me hubiera largado de aquí, pero su recuerdo aún sigue atándome - Susurró Siena mientras se adentraba en el inmenso bosque.
— Te está matando aquí, además yo ni siquiera me siento parte de esta manada— volvió a agregar Venus, pero Siena había decidido cerrar la conexión llegando a una zona muy oscura, pero unos pasos más se encontraba un pequeño lago rodeado de flores hermosas - nunca había visto tanta hermosura - Susurró Venus era evidente que la zona era privilegiada además con la luz de la Luna era más resplandeciente— Esta hermosura nos da competencia— Siena solamente se limitó a rodar los ojos.
— Venus no seas muy arrogante— Respondió Siena a la fanfarrona Loba de su cabeza. — No puedo Siena, no todas tienen una loba Blanca de ojos amarillos y no todas son pelirrojas de ojos verdes, además tú eres consiente de que un Lobo Blanco significa la entrega y Fidelidad a una Manada.
— Venus eres muy arrogante— Volvió a repetir Siena.
— Y también sexi - Volvió a responder Venus, a lo que Siena solamente decidió ignorarla y continuar caminando.
— ¿Qué estás haciendo en mi Territorio? - Siena trago saliva al escuchar una voz ronca que irradia autoridad, seguridad y peligro, la Loba se había dado la vuelta encontrándose con el macho más hermoso que haya visto con unos ojos azules electrizantes capaces de penetrar el Alma.
— He salido a recorrer el bosque y me encontré con este maravilloso lugar - Respondió Siena bastante nerviosa aunque no entendía la razón de aquella sensación - Además este Territorio no tiene a ninguna manada habitando, es Territorio de Nadie.
— No es territorio de nadie Cachorra cuida tu vocabulario, ahora dime ¿A qué manada perteneces?.
— Este hombre tiene aura de ser muy arrogante, supongo que se llevará muy bien con cierta Loba - Fue el pensamiento de Siena.
— Oye, te estoy escuchando y prefiero que me lleve este sexi lobo a que me lleve el Patán de Edwin - Respondió Venus.
- Siena Landfor de la Manada Luna de Oro— Siena se había dignado a responder a la Pregunta del Misterioso hombre que tenía a Siena, cabreada, confundida y hasta excitada, que con tan solo escuchar la voz del macho sentía electricidad entre sus líneas además de que su misteriosa aparición daba escalofríos.
— En ese caso cachorra, pero te recomiendo que no recorras solas por estos Lados del Territorio, tus feromonas me dicen que entrenada no estás y es peligroso, ya que presumiblemente haya Neófitos rondando por estas Zonas - Siena se había perdido ante el efecto que él provocaba en ella y a eso se le agregaba su voz tan seductora.
— Definitivamente, su voz es encantador y seductor— Venus no perdía tiempo para elogiar.
— No tenía ni la menor idea de que Neófitos andaban por la zona - Fue la respuesta dada por Siena y aquello era verdad, puesto que Edwin no había advertido de nada y tampoco sus guardias le habían Informado de aquello.
— Ahora ya lo sabes, así que debería de cuidar esos aspectos y por favor no vuelva a introducirse en mi Territorio sin mi autorización— Sentenció el Macho que había dejado escapar su fragancia de Alfa.
— ¿Su territorio? - Siena hizo un puchero.
— Si mi Territorio estas ante su Alfa y no estoy obligado a decirte algo más y tampoco estás a la altura de saberlo, además te prohíbo pequeña Loba que digas algo de mí a alguien más, no digas que tienes vecinos - Luego de expresar aquellas palabras el Alfa Misterioso se fue sin más, Siena tampoco veía alguna razón para seguir allí así que tomó dirección hasta el Perímetro de Luna de Oro nuevamente mientras en el camino se puso a pensar en aquel Alfa engreído y misterioso que generaba muchas sensaciones raras y desconocidas en ella.
— Podrá ser Engreído, Misterioso, pero es hermoso— Agrego Venus y Siena sabía que su Loba tenía razón— Además no vas a terminar con tu pequeño e inservible novio no Olvidemos que Luana anhela ser la Luna de Oro y que no soporta que tú llegues a ser Luna vamos a seguir el Juego de Edwin porque no olvides que también dijo que estaba siguiendo Órdenes u obligado - Lo expresado por su Loba había llamado la atención de Siena, ya que lo que Venus estaba diciendo era verdad aquellas habían sido uno de las palabras de Edwin.
— Al día siguiente, a tempranas horas, Siena se había presentado al Salón de entrenamiento encontrándose con Edwin, Tom, Tobías y Tadeo, los 3 últimos en ser mencionados eran amigos de Edwin con quiénes Siena se llevaba muy bien, la loba les saludó hasta que sus ojos verdes captaron a los Hermanos Santos Safari Santos y Caleb Santos los mejores amigos de Siena — Hola amor - Alfa, Edwin había envuelto sus brazos por la cintura de Siena, aunque aquello había producido cierto fastidio en la Loba.
— Hola bebé— Respondió Siena con mucha hipocresía mientras sentía que Alfa, Edwin se apartaba de ella tomando dirección al centro del Salón de entrenamiento.
- Atención a todos— la poderosa voz de Alfa se escuchó— pónganse a entrenar todos con sus respectivas parejas - ordenó Alfa Edwin lanzando una mirada a todos los presentes hasta que sus ojos se detiene en mí - Siena tú a entrenar conmigo - El Alfa había tronado los dedos aquella acción hizo que Venus gruñera.
— ¿Por qué siempre contigo? - Definitivamente a Siena ya le estaba cansando aquella situación - Entrenar contigo solamente me deja como una Loba débil a la cual tú proteges demasiado - La loba lo encaró por primera vez.
— No me hables de esa manera Siena, no olvides que antes que nada soy tu Alfa - Respondió Alfa Edwin.
— No quiero depender siempre de ti - Emitió Siena - si tú dices que seré tu Luna, cómo puedes permitirte tener una Luna débil - Las palabras de la pelirroja habían dejado en silencio al Alfa que dejó escapar un suspiró antes de hablar.
— Tú ganas Siena - Luego de aquellas palabras, la Loba había sido sometida a un entrenamiento duro que la había dejado con varios golpes, pero aquello no le importó a Siena, es más, se sentía bien hasta que el entrenamiento había culminado, Siena se encontraba acostada por encima de uno de los Colchones hasta que escucho la voz de su mejor amiga.
— ¡Siena! - Exclamó Safari lanzándose también por encima del colchón.
— Zanahoria - Expresó Caleb sentándose al lado de las Lobas mientras se ganaba una mala mirada de Siena - ¿Qué tal el entrenamiento? - Preguntó Caleb logrando que Siena cambiará su campo de visión.
— Pues ya vieron que hoy si entrené como tal - Respondió Siena con una sonrisa.
— He visto que por fin dejaste de ser la protegida del Alfa - Safari se burló.
— Tengo algo que decirles— Siena había cambiado el tema de conversación de manera rápida llamando la atención de sus amigos. — ¿Qué ocurre? - Preguntó Caleb. — Edwin no es mi pareja, así como nos estaba dejando ver, él solamente estaba fingiendo saber que soy su destinada, porque quiere llevarme a la cama y por qué alguien lo está obligando.
— ¿Qué demonios estás diciendo? - Safari había endurecido las facciones de su rostro - Lo voy a castrar - Agregó la loba.
— Cálmate - susurró Siena - si se los digo es porque confío en ustedes, además ya he tomado la decisión de seguirle el jodido juego al Alfa hasta saber las órdenes de quién está siguiendo - Aunque Siena sentía que esto no era tan fácil tampoco se iba a quedar de brazos cruzados la loba sabía que debía de llegar hasta el fondo de esto.
— Bien Siena - Safari suspiró— Tú ganas, pero si el bueno para nada del Alfa quiere sobrepasar sus límites tú solo llámanos— Lo expresado por su amiga hizo que Siena sonriera mientras empezaban a tomar dirección hasta sus viviendas correspondientes hasta que llegaron hasta la puerta de Siena los jóvenes se despidieron mientras Siena se introdujo en su vivienda había revisado su Teléfono celular encontrándose con varios mensajes de Edwin y otras llamadas perdidas, pero la loba prefirió ignorar al Alfa mientras su impulso Lobuno la empujó nuevamente hasta el Perímetro que comparten con la Manada del Lobo Alfa Misterioso, la loba se había introducido al Territorio.
— Nuevamente por mi territorio pequeña Loba, recuerdo haberte dicho que no te adentraras en mi Territorio sin autorización mía, aunque con esto confirmo que las reglas no van contigo— La voz del Alfa había erizado la piel de la loba así que Siena se había dado la vuelta encontrándose con el tan perfecto, tan hermoso y gruñón Alfa.
— Me creería si le digo que vengo para conseguir su autorización para entrar en su territorio— Siena le había dedicado una pequeña sonrisa, de la misma manera que Venus también había sonreído en la mente de Siena, pero el timbre del celular de Siena había interrumpido el momento y la Loba al revisarlo se había dado cuenta de que se trataba de una llamada entrante de Edwin una vez más la Loba decide ignorarlo. — ¿No piensa contestar a su pequeño novio? - Pregunta el Alfa ganándose la mirada de Siena de manera rápido y sospechosa.
— No es mi novio— respondió la loba de manera rápida.