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JHIN VERNACCI

De vez en cuando salíamos con nuestros compañeros de universidad a tomar unos tragos, mi vida estaba dando pequeños giros, ya no me quedaba en casa los fines de semana simplemente pegada a mi pantalla plana, sino que ya socializaba aún más, los negocios en la empresa prosperaban y decidí tomar un año de vacaciones.

Se me había concedido por todo el tiempo que no las tome mientras trabajaba allí, y si que quería aprovechar el tiempo, empecé a dedicarme un poco más a mí, empecé a comer más saludable a hacer ejercicio, estudiaba fuerte para mi doctorado, Susana era más independiente, y Eithan había decidido irse con su padre, solo venía a visitarme frecuentemente y ese tiempo yo era demasiado feliz, no había nadie más que ocupara mi corazón.

Mi amiga Roberta se había convertido en la hermana que nunca tuve y hacia mis días más agradables con sus ocurrencias, salíamos a disfrutar del paisaje, de la buena vida, libamos de compras de vez en cuando, íbamos a spa, nos hacíamos masajes las uñas, una reconstrucción capilar, mi aspecto poco a poco fue cambiando, convirtiéndome en una treintañera más juvenil, a pesar de haber sido madre muy joven con el paso del tiempo Susan parecía más mi hermana que mi hija.

Perdí un poco de peso, pero no me molestaban mis curvas y mis lonjas, bien vestida aún quebraba una que otra mirada, y aunque ya me había resignado a la soledad me estaba dando un tiempo para mí y sí que lo necesitaba, con el paso del tiempo volví a ver en el espejo el reflejo de la mujer bonita que Larry algún día destrozo. y eso me hacía feliz.

Se llegó el tiempo de celebrar San Valentín, así que decidimos ir a un bar , Roberta, unos compañeros de clase y yo, yo iba con jedan alto claro con algunos agujeros en las piernas que dejaban ver mi blanca piel, tenía una blusa rosa, sin escote, pero de una seda fina que hacía ver mis atributos, excluyendo mi abdomen no plano, pues era larga al final y se veía bien, y allí estábamos los mayores de 30 en una mesa, bebiendo cerveza, hablando de la vida, de nuestros trabajos y en su defecto de la familia, para mi sorpresa mi hija Susana estaba en el mismo bar , lucia preciosa y estaba con su amigo Juan y claro con la infaltable Chantal.

Ella esa noche lucia como una supermodelo, tenía un vestido corto azul de tirantes , con unos tacones vaya yo a saber de qué altura, su cabello suelto y un maquillaje con labios rojos y delineado de gato, yo a medias penas usaba rímel y rubor, se acercaron a nuestra mesa ambas chicas nos saludaron de beso en la mejilla, por supuesto Chantal no estaba sola y ahí estaba él, aquel muchacho que se robaba todas las miradas, inclusive la mía, pero en que estaba pensando, me saque de mis pensamientos , luego de que mi hija por fin lo presento, mama él es Jhin Vernacci, el novio de Chantal

- Mucho gusto, Lana- me ha extendido su suave mano, mientras yo la apreciaba, Chantal grito, Hey nos vamos de aquí la noche es joven y bastante que lo era, yo me había quedado impregnada de esos ojos miel, pero que pienso es unos diez años menor que yo, que me pasa, como puedo pensar en sus ojos.

¿Lana estás bien?, pasa algo, pregunta Roberta, mientras caigo en sí y le digo que es solo cansancio. Decidimos tomarnos una botella más de cerveza e ir a casa, ella tenía una familia que la esperaba y yo, pues yo tenía que dormir, no me esperaba ni un perro, mi hija era demasiado independiente y responsable y esa noche había decidido quedarse con Chantal y asumo yo que, con ese par de jovencitos atractivos, Juan y Jhim... Jhim Vernacci.

Mientras que me ponía mi pijama vino a mí la imagen ese joven, él era alto atlético, de unos 24 años, lo que me hacía pensar que yo era mayor más de los diez años que llegue a pensar en el momento, recordaba su rostro, ojos miel, nariz grande, cejas pobladas, pero marcadas , su piel era color canela, sii una canela como dorado, se notaba que iba al gimnasio por su cuerpo marcado, su boca era roja, como una fresa , daban ganas de devorarla, pero Lana me grite a mi misma, que te pasa, es el novio de la mejor amiga de tu hija , además de ser un jovencito, porque se me pasa por la cabeza, si lo he visto más que un par de veces, pero siento como si hubiera una conexión en mi interior en ese interior que me niego a recorrer , porque se que hay una fiera dentro de mí, una fiera que vivía reprimida con Larry, que intento salir con Joak y que ahora Jhim, estaba despertando.

Me acosté dormir , no sin antes tomar un baño de agua fría de verdad que lo necesitaba a mi edad era imposible que estuviera pensando en estas cosas , en este deseo que generaba el simple hecho de haber visto dos veces a ese ser hermoso, y es que así lo era, trataba de convencerme de que era solo eso, un hombre atractivo ante los ojos de los demás y que a mí me había deslumbrado su belleza por la simple cercanía que tenía a las chicas, nada más, además que nunca había cruzado palabra con él y me era indiferente.

Por esa noche apagué mi cerebro, dormí plácidamente por el efecto de las cervezas y el placer de mi ducha de agua fría.

Lunes en la tarde volví a la universidad, todo iba de maravillas en mi posgrado y ya solo me faltaba 6 meses para obtener mi preciado título y volvería a mis labores como CEO de esa maravillosa empresa que me había dado todo lo que yo era hasta ahora (no me había dado un amor, pero si la libertad que cualquier mujer con un matrimonio mal llevado hubiera querido obtener).

Estaba sentada sola tomando un café en la gran cafetería de la universidad, Roberta ese día no había asistido por algo familiar, uno de sus hijos pequeños había enfermado no lo sé, por una extraña circunstancia estaba sola, no era algo anormal siempre lo había estado, ya me había acostumbrado.

Siento una mano sobre mi hombro y una voz masculina no muy gruesa dice sobre mí, señora Lana la he visto y la he querido saludar, volteo al ver quién es y no puedo creerlo, ahí estaba como un modelo de revista, Jhin, vestía una camiseta blanca deportiva al cuerpo lo que hacía más a la luz sus atributos, un jean ajustado y unos tenis que parecían sacados de una revista de moda, su aspecto juvenil era especial, se notaba que tenía comodidades, en ese momento no me imaginaba cuantas

.

Hola Jhin, ¿Jhin es tu nombre verdad? -obvio que lo era, aja solo que los nervios me jugaban una mala pasada

- sí, ese es mi nombre contesto él, por unos eternos segundos se tornó el silencio hasta que él abrió su boca: ¿ha venido Susan hoy? Estoy tratando de ubicar a Chantal, pero ninguna de las dos me contesta. Estoy algo preocupado, Chantal nunca desaparece y siempre esta con Susan, entrando ahora en un asombro absoluto,

,-claro que sí, respondí, ella en la mañana dijo que venía a estudiar, no entiendo que pudo haber pasado, saque mi celular en seguida marque su número, pero no hubo respuesta, solo se escuchaba la voz de su contestador, lo que había sido para mí una mini fantasía se convertía ahora en un momento de angustia y dolor.

Juntos fuimos a buscarlas, pero no las encontramos, llamamos a la familia de Chantal, pero nos dijeron lo mismo que ya sabíamos, las dos estaban desaparecidas.

Llame a Larry quien arribo a la universidad a los 20 minutos en compañía de Gloria y empezamos la búsqueda de las dos jovencitas, indagamos con sus compañeros de facultad, pero nadie las había visto desde el viernes anterior, lo que nos decía que ninguna había llegado la universidad ese día, eso hacía aumentar más mi angustia, así que decidimos recorrer sus pasos.

Susan recogía todos los días a Chantal en su auto y venían hacia la universidad, pero si no habían tenido la misma ruta, donde podrían estar, las dudas nos invadían y cada vez se hacía más tarde sin tener razón de mi amada pequeña, fuimos a la policía la madre de Chantal, Jhin, Larry, y yo. Gloria se fue a cuidar a sus hijos y al mío, eso debía agradecer era como una segunda madre para Eithan.

Paso el tiempo y sin ninguna respuesta mi desespero aumentaba, Larry me culpaba por lo que estaba pasando y en el fondo sabía que podría ser así, últimamente había descuidado un poco a mis pequeños y me sentía la peor madre de todas, mis lagrimas brotaban hasta más no poder, Jhin estaba sentado solo en una silla, se sentía afligido , obvio estaba enamorado de Chantal y era amigo de Susan como no se iba a sentir mal , a la madrugada un agente de policía nos recomendó ir a casa, cualquier información no la iba a entregar apenas fuera necesario, mi corazón muy en el fondo decía que mi pequeña estaba bien.

A las 7 de la mañana después de no haber pegado el ojo, decido llamar a Jhin a ver si sabía algo, habíamos intercambiado números la noche anterior con el objetivo de mantenernos informados, pero nada él no sabía nada, cuando voy saliendo a buscar a mi hija, aparece la condenada en compañía de Juan y Chantal, borrachos, hechos unas migajas humanas, oliendo a lo peor y sonriendo a carcajadas.

Cuando la vi sinceramente no sabía qué hacer si darle una bofetada por todo lo malo que nos hizo pasar o darle un abrazo porque estaba bien, opte por ninguna, a lo contrario mande a Juan y Chantal a sus respectivas casas en un taxi y a Susan la mande a dormir, cuando despertara sería el tiempo de hablar, en seguida por instinto cogí mi teléfono llame a Larry, a la policía a todo el mundo que intervino y lo pensé si llamar a Jhin, sentía vergüenza de hacerlo, pero finalmente lo hice, le conté todo ya más tranquilo me dio las gracias y por mucho no volví a saber de él.

Pasaron los días y mi molestia con Susan ya no estaba, seguir concentrada en mis estudios de doctorado, Roberta seguía siendo mi mejor amiga, mi Eithan era mi polo a tierra, y el tiempo solo daba luces de que me estaba condenando a ser una solterona con dinero, pero sin amor, la idea no me parecía del todo mala, pero algo en mi me decía que aun mi cuerpo necesitaba mucho más que explorar.

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