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Capítulo 5

Estoy asombrada, sigo estudiando los detalles de este lugar cuando Dyler me toma de la muñeca y me aleja de esta visión, dice algo pero estoy demasiado concentrada en ver a una mujer sirviendo un café en una jarra de plástico. Solo cuando mis pies dejan de moverse para dejar pasar a la mesera me vuelvo totalmente hacia el lado de mi compañero de cuarto y sigo su mirada, dos personas sentadas en sillones de dos plazas levantan la mano para saludarnos. Instintivamente frené y Henares se dio cuenta porque él también se detuvo y se paró frente a mí bloqueando mi vista de los dos extraños.

- ¿Qué es? ¿Por qué te detienes? -

- Ty, ¿si no le gusto? - susurro.

- ¿Por qué no deberías gustarle? -

- Porque no suelo caerle bien a la gente, jóvenes -

- Que pendejada, no vivirías conmigo y mi tía no te hubiera dado trabajo si no nos gustaras -

- Eres una excepción, no he pasado ningún casting - De repente mira detrás de mí y luego al suelo, lo miro fijamente, pero ¿qué está haciendo? - ¿Qué estás haciendo? -

- Estoy buscando tu autoestima, supongo que acabas de pisarla - Me echo a reír y niego con la cabeza, es un loco, prepotente, amable y me hace sonreír, pero sé muy poco sobre él - Ahora, vamos. Son dos personas muy normales, no juzgan, de lo contrario no serían mis amigos -

- Afirmación correcta, ¿cómo está mi cara? -

- Un poco asustado, ya verás, me lo agradecerás -

Asiento cinco veces antes de convencerme de hacer lo correcto, sigue sujetando mi muñeca y me lleva a la última mesa del salón donde hay una ventana en la esquina, desde allí se puede ver el coche de Dyler, esto significa que nos vieron. Cuando por fin me decido a mirar a las dos personas sentadas descubro que soy yo la que hace demasiados tirones mentales, la vergüenza se queda donde está, no hay nada perfecto en ellos, gente normal. Un niño y una niña.

Ambos se levantan y me acomodo el vestido, la primera en ofrecerme su mano es la niña, sus manos son suaves pero sus uñas están sucias de morado.

-Soy Hayley Decker-

La observo bien, tiene un rostro muy dulce y una voz agradable, sus ojos marrones parecen llenos de vida, labios color rosa brillante, nariz de papa, cejas oscuras y perfectas. Tiene el pelo largo castaño lleno de rizos, viste una camiseta blanca que le llega por encima del ombligo, shorts negros y zapatillas Nike.

- Soy Raquel Sabalfino -

Me dirijo al chico que aún no ha aparecido, lo miro pero tampoco sé qué decir.

" Es el famoso Nick Argent ", dice Dyler.

Nick es un chico guapo, moreno, amables ojos azules, alto, blanco y con una sonrisa encantadora, tez bronceada, dos hoyuelos, físico entrenado, viste una remera verde azulada de manga corta, jeans oscuros y Adidas.

- ¿Soy famoso ahora? pregunta riendo .

- Ah, sí. La tía Mer puede haber leído tus mensajes en voz alta .

Me mira, luego pone su mano en mi cuello y parece sonrojarse, como un niño. - Lo siento, no sé lo que lees... -

- Nada en especial, solo tu curiosidad hacia mí - murmuro mientras Hayley y Dyler se sientan, todavía están frente a Nick.

- Bueno, es Nick. Estos dos me llaman Nikki -

- Lo sé - sonrío mientras le doy la mano, pero su agarre es reconfortante. - Y espero no ser una decepción para sus expectativas -

- En absoluto -

- ¿Qué piensas? ¿Desayunamos o siguen haciendo esto, tortolitos? -

- Cállate, Ty – comenta Nikki sentándose al lado de Haylely y yo lo imito parándome frente a él.

- Me ofrezco, chicos - murmura mi compañero de cuarto.

- ¿Cómo es que? - pregunta el otro.

- Por qué Rachel consiguió el trabajo -

- ¡Felicitaciones! exclama Nikki .

- Gracias, fue suerte -

- No, fuiste tú. - Ty sonríe.

Una camarera se detiene con un bloque y Hayley es la primera en pedir tostadas, huevos revueltos y un café con leche. Dyler toma un trozo de pastel de chocolate, una tortilla y un jugo de naranja, Nick me mira pero niego con la cabeza indeciso.

- ¿Quieres un consejo? - Asiento con la cabeza - Los panqueques aquí son deliciosos con tocino, jarabe de arce y jugo de Ace -

- Entonces premiado - sonrío.

" Tomo lo mismo que ella toma ", le dice Nick a la mujer.

Después de que se fue, Hayley me dijo que era peluquera, es agradable y me dan ganas de sonreír. Parece que nos está peinando a los dos y se ha ofrecido a secarme con secador.

- Y tú, Nikki, ¿qué haces? -

- Soy socorrista -

- ¿Un socorrista? - Repito.

- Debes saber que nuestro Nick es salvavidas adjunto, aquí en Los Ángeles hay equipos de salvavidas. Y es el segundo - Hayley sonríe .

- ¿Qué haces todo el día? -

- Bueno, es el mejor trabajo del mundo. Puedo tomar el sol, ver chicas hermosas, estar en traje de baño, tengo que mirar el mar que amo, si alguien está enfermo solo tengo que bucear y nadar. Obsérvalo por si alguien consume las sustancias equivocadas, hablo con gente nueva, es agradable -

- Al menos te encanta tu trabajo - sonrío.

- Ni siquiera has empezado - comenta - Espera, ¿qué trabajo te gustaría hacer? -

- Ay, quiero escuchar esto – murmura Ty indeleblemente mientras la mesera regresa y nos sirve a todos, mi plato es enorme pero no me falta hambre.

- Oh sí, larga historia -

- No es tanto tiempo, Rachel -

- Vale, me gustaría hacer las... ¡qué ricas estas tortitas! -

- Qué rico, lo siento, no entendí lo que decías - agrega Hayley.

- Está bien - Tomo una respiración profunda, debería estar orgullosa, ¿porque temo sus reacciones en cambio? Es solo un trabajo - Me gustaría ser actriz -

- La actriz - repite Nick imitándome.

- si -

- ¡Fuerte! te veo-

- Tiene razón, tal vez deberías usar más maquillaje para el casting - Hayley sonríe dulcemente.

- Seguiré este consejo -

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