Sinopsis
Christian es un niño de 23 años, que no cree en el amor, debido a un hecho del pasado que lo marcó para siempre, un día conoce a Robert, un niño de doce años, testarudo, celoso e inmaduro, el cual despierta un sentimiento que estaba latente en Christian, comienzan una relación y comienzan a aparecer varios obstáculos, y varias personas que intentan acabar con esta unión. ¿Abandonarán este sentimiento a causa de las dificultades?...
1
- Naaaao... Suéltame... Que vas a hacer???? No.. Eso no... Por favor... Nooooooo... Aaaahhh...
Me despierto sobresaltado y asustado por mi ahora frecuente pesadilla, que me persigue desde... Esa mierda pasó.
Me siento en la cama y miro la hora en mi celular, todavía es la una y cincuenta de la mañana, respiro hondo para tratar de calmarme un poco y me levanto para ir a la cocina.
Trato de escabullirme para no despertar a mi madre que duerme en la habitación de al lado, pero cuando voy a abrir la puerta, mi lado torpe se activa, y choco contra la propia puerta al intentar pasar por el pequeño hueco que abrí. , haciéndola crujir. Me congelo instantáneamente en una posición que no ayuda mucho, solo escucho el golpe de la puerta golpeando la pared con toda su fuerza. Solo entonces me doy cuenta de que cuando perdí el equilibrio, apoyé todo el peso de mi cuerpo sobre él para no caer, lo que solo empeoró la situación.
mierda _
- Christian que fue ese ruido? ¿Estás loco chico? - Escuché a mi madre gritar desde su habitación.
- Lo siento mamá, me caí... Voy a la cocina a tomar agua. - respondo levantándome y notando que me duele la espalda, gracias a mi súper equilibrio.
- Ve pronto a ver si no destruyes mi casa, ¿ves? - responde ella adormilada.
"Está bien." Pongo los ojos en blanco y bajo las escaleras.
Apenas llego a la cocina me encuentro con el juego de cuchillos de mi madre, de inmediato me bombardean varios flashbacks de ese maldito evento, agarro uno de los cuchillos, el más grande.
Voy a terminar con esto ahora mismo - pienso mientras toco ligeramente la hoja en mi cuello, el toque helado del acero me da un pequeño golpe de lucidez, y termino dándome por vencido por temor a empeorar mi situación y hacer mi madre sufre, yo también renuncio al agua vuelvo a la habitación, me tiro en la cama y me vence el cansancio.
°°°
Me despierto con la luz del sol entrando por los resquicios de la cortina de mi habitación, que desafortunadamente da al hermoso paisaje de varios edificios domésticos, el verano ha llegado antes y un clima agradable flota en el aire.
Tardo un poco más en la cama pero termino decidiendo levantarme y correr, ya que hace días que no hago ejercicio, y a mi cuerpo ya le faltaba hacer ejercicio.
Entro al baño, hago mi aseo matutino, busco a mi madre para decirle que voy a salir, pero solo encuentro una nota de ella.
"Hijo, mi jefe me llamó para que me vaya temprano porque se va con su familia y yo me voy a hacer cargo de su casa. No volveré para el almuerzo, hay comida lista en la nevera para que la calientes en el microonda.
Besos, tu Madre.”
Pongo los ojos en blanco ante esa instrucción detallada y termino sonriendo mientras salgo de la casa.
°°°
- Mírale el trasero Zé, si atrapo uno de esos, le haré daño... AiAi. - Escucho a un chico decir cuando termina la canción, antes de comenzar la siguiente, detengo la música apenas comienza y me enfoco en la conversación de los hombres detrás de mí.
- Joder.. ese culo es mejor que un montón de negaciones eh... - responde el otro.
Me giro para ver de quién están hablando, y siento que mi cuerpo se enfría cuando me doy cuenta de que están hablando de mí, me congelo el tiempo suficiente para que noten que estoy mirando y lo que parece ser el silbido más joven.
"Shhh, shhh... ¿Chico?..." llama cuando ignoro el siseo.
Siento que se me humedecen los ojos y acelero el paso a una velocidad que ni siquiera sabía que era capaz, de repente ya estoy huyendo de ellos.
En unos minutos llego al parque abandonado, Dulce, como lo llamé después, ahí empiezo a ir cada vez que me siento asfixiada, o siento cuando el peso de lo que me pasó trata de aplastarme.
Lo he convertido en mi escondite secreto donde puedo escapar del mundo real y quitarme el peso de encima durante al menos unas horas.
Apenas entro por el pequeño hueco entre dos de los muchos árboles que esconden el parque y le dan un aspecto secreto, dejo que mis piernas se aflojen y me siento en el suelo cubierto de hojas secas y dejo que las lágrimas fluyan libremente por mi rostro, aliviando momentáneamente la amargura que llevo conmigo.
°°°
Cuando llego a casa, ya es más de mediodía, subo a mi habitación, me doy una ducha caliente y tonificante, me quedo casi media hora bajo el agua, dejando que todo el sopor de ese momento se vaya por el desagüe, y bajo a almuerzo.
Me acuesto en el sofá y empiezo a ver mi serie favorita que es "Érase una vez" en Netflix, pero termino quedándome dormido.
Y una vez más ahí está, la pesadilla, esa voz. Relajarse. Pero no me relajo, grito para tratar de quitarme el dolor, pero no me deja.
Alguien me sacude y me despierto bruscamente, tratando de calmar mi respiración. Todavía siento el dolor, todavía siento esas desagradables manos apretándome fuerte y rascándome la piel, incluso después de despertarme, el dolor sigue ahí. ella siempre lo es
- ¿Qué pasó Cris? Te llamé, y no te despertabas, y estabas llorando y empapada en sudor. - pregunta mi madre, claramente preocupada por mí y trato de sonreír para tranquilizarla, pero la verdad es que necesito un abrazo de ella. Y eso es exactamente lo que hago. Te abrazo, fuerte. - ¿Qué viste en tu sueño que te hizo así? - pregunta cuando rompimos el abrazo y me estremezco, odio tener que mentirle. Para mi madre. Pero mi otra opción es decirle toda la verdad, y eso está totalmente fuera de discusión. Así que miento.
- La pesadilla de cualquier madre, nada importante. - respondo secándome las lágrimas con el dorso de la mano.
- Traje el almuerzo, ya lo puse en la cocina – dice levantándose y saliendo a ponerle comida a Lessy, nuestra mascota bebe.
Ella nunca podrá saber eso, creo que abatida. - No puedo permitir que ella me ayude a llevar esta carga.
Subo las escaleras a mi habitación y tomo mi teléfono celular, que está vibrando locamente en mi mano. Desbloqueo la pantalla y abro Whatsapp que está lleno de mensajes de Angel. Mi mejor amiga.
cris???
¿Vas a ir al cine conmigo hoy? Te amo
Ya no amo... ¿Por qué tarda tanto en responder?
cristiaaaaan??? respuesta
Afs. Cuando despiertes, a ver si me respondes. Tú eres malo.
Miro con incredulidad esos mensajes y comparo el tiempo de cada mensaje y la diferencia entre uno y otro es como máximo de dos minutos. Pongo los ojos en blanco ante su desesperación y empiezo a escribir una respuesta.
C - Hola amor... estaba durmiendo acabo de despertar... ay amor lo siento... pero hoy no voy contigo. Lo siento.
R - Por supuesto que lo harás. Cállate y prepárate... Mi madre va a abrir en una obra de teatro.
C - ¿Hola, MAMÁ?
A- Ve pronto.
C - Afs aburrido. Estaré en tu casa a las siete y media. Y prepárate.
perra _ - Creo pero sonrío, salir con Angel siempre es bueno, no puedo quedarme un minuto entero sin que ella me haga reír por algo. Y eso es exactamente lo que necesito en este momento.
Me levanto y voy al baño, me doy una ducha y empiezo a arreglarme sin prisas, ya que Ángel definitivamente tardará el doble.
Salgo de casa a las siete y veinte, ya que la casa de Ángel está a una cuadra de la mía.
Toco el intercomunicador y Ángel me dice que suba, mientras escucho el clic de la puerta abriéndose.
Y como ya tenemos mucha intimidad y confianza, subo directo a su cuarto a llamar a la princesa que tarda dos horas en arreglarse, para darle prisa, o nos olvidamos del cine.
- ¿Ángel? - Llamo y toco la puerta del dormitorio.
- Puedes entrar gato. - responde ella casi gritando de la emoción. Me eché a reír.
- Me apunto, ¿aún no estás listo? Compasión. - digo poniendo mi mano en mi pecho como si realmente estuviera en shock por la demora, y ella pone los ojos en blanco.
- Cariño, soy mujer, tengo que ser poderosa. - Desliza sus manos sensualmente a sus costados y le sonrío. Es una mujer realmente maravillosa, si no fuera por ella, me habría hundido lentamente en una mala forma.
- Claro que lo eres, una puta mujer, pero date prisa flor. - digo riéndome al ver la expresión de asombro en su rostro.
- NO ME LLAMES FLOR. - Grita, dándome palmadas en el brazo, salgo corriendo de la habitación y ella me persigue por el pasillo.
- Y arréglate el pintalabios, porque se te ha corrido todo en los dientes. Y ve rápido. - grito cuando regresa a la habitación, me saca la lengua y da un portazo. Vuelvo a la sala y doña Marta me mira sonriendo.
- ¿Que pasó? - pregunto ya sonriendo también.
- ¿Qué era eso de gritar ahí arriba? - pregunta.
- Llamé a Angel una flor. Ella odia. - Me río y me siento en el sofá.
- Realmente lo odia. Si no os amaseis tanto, ella nunca os miraría a la cara de nuevo. Ella sonríe y se sienta a mi lado en el sofá.
- Y. - Asiento con la cabeza. Se me acerca como si fuera a contarme un secreto y me habla en voz baja.
- Mi sueño es verlos a los dos casados. - me confiesa y yo solo la miro con la boca completamente abierta sin reaccionar.
- MAMI. - grita Ángel desde las escaleras y yo salto del susto, saliendo por fin del trance.
- ¿Que pasó? Realmente quiero. - Dice sonriendo ampliamente y mi cara se calienta, estoy segura que está completamente roja.
- Vamos Chris, antes de que mi madre me avergüence hasta la muerte. Me toma del brazo y me empuja hacia la puerta.