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Capítulo 5: ¿Qué nos está pasando?

POV SERGIO

No saben lo bien que se siente dejar salir todo lo que llevaba dentro estas semanas... y no hay nada mejor que Lianna me haya respondido también esos sentimientos. Todo lo que le dije es verdad, tan verdad como que la quiero a mi lado lo más que se pueda y poder abrazarnos y besarnos, ser una pareja normal, aunque sea por estos pocos meses que estaremos solos. Amo estar con ella. Amo no sentir dolor cuando estoy a su lado. Olvidar todo ese dolor que me ha embargado es genial y todo gracias a ella. Siento que por fin puedo volver a ser yo mismo y no saben lo genial que se siente eso. Ya no soy el tipo reservado, serio y pesado. En verdad nunca lo fui. Solo era una capa para ocultar el dolor, pero si aquel dolor ya no existe ¿Para qué seguir escondiéndose?

Salimos tomados de la mano con Lianna y nos subimos al auto. Han pasado una hora y media desde que estamos en el cementerio y ya son casi las 9 de la noche... es demasiado tarde para volver a casa y necesito descansar antes de conducir por muchas horas.

- ¿Qué haremos? - me pregunta Lianna cuando ya estamos dentro del auto.

Parece como si leyera mis pensamientos.

-Mi madre tenía una casa de campo cerca de aquí- le digo tomándole la mano que había soltado para prepararme a conducir- Mi padre cree que la vendimos, pero la compró mi abuela solo para conservar el lugar favorito de mi madre. Es como un secreto. Tiene una cama y una cocina. Podemos quedarnos allí por la noche, tengo llaves.

Ella parece emocionarse y acepta con una gran sonrisa en la cara. Me acerco a ella para darle un pequeño beso en los labios y comienzo a conducir.

En menos de 20 minutos llegamos a la pequeña cabaña de campo que era de mi madre. Miles de recuerdos afloran en mi mente. Tal vez no estoy tan listo como pensé para pasar por esto.

Pero cuando miro a Lianna, veo que está sintiendo la tristeza que siento por dentro y comienza a abrazarme. Yo me alejo un poco de ella y salgo del auto. Necesito focalizarme y no dejarme llevar por las emociones ni los recuerdos. Necesitamos un lugar para dormir y este es el lugar perfecto.

Abro la puerta del copiloto para que Lía salga del auto y así poder llevarla de la mano hacia el interior de la casa. No es muy grande, pero solo estaremos una noche. Tiene una cama, es todo lo que necesitamos para poder descansar y seguir viajando mañana.

-Es un lugar muy lindo- me dice Lía sentándose en la cama un poco vieja, pero en buen estado.

-Me encanta este lugar- le digo sentándome a su lado- Me trae lindos recuerdos en familia.

Ella parece entender o captar que la melancolía me estaba atacando de nuevo, por lo que se acerca a mí y me da un beso, un largo y tierno beso. De esos que suele dar ella cuando no sabe si le corresponderé o no, lo cual es tonto, porque siempre le corresponderé. Acerco mi mano a su nuca para acercarla más a mí y profundizar mejor el beso.

Poco a poco el beso se torna un poco menos inocente y más pasional, no quería parar, pero lo necesitaba. Estaban pasando cosas en mi interior que no deberían pasar estando con Lía. Así que me separé instantáneamente de ella con la excusa de que iba a ir a prepararle algo de comer... si es que había algo de comer aquí.

POV LIA

¿Por qué Sergio se separó de mí? Bien, admito que las cosas se estaban poniendo un poco calientes entre nosotros, pero eso no es razón para que se haya ido prácticamente corriendo a ver si podía preparar algo de comer, lo cual es obvio que no. No trajimos comida y esta casa, por lo que me dijo él, estaba abandonada hace un tiempo ya.

Comienzo a mirar el lugar. Hay cosas muy hermosas aquí, cosas antiguas más que nada. Los muebles son de madera de la buena, aquella que se usaba antes y las decoraciones parecían casi victorianas. La habitación solo tiene una cama grande, pero tiene muchos muebles y roperos. Sé que no debería entrometerme en las cosas que supongo que eran de la madre de Sergio, pero no me resisto y me encuentro con muchas joyas hermosas y un montón de anillos hermosos, pero hay uno que me llama la atención. Tiene una estrella con una L en el centro junto a una luna que tiene una S adentro. Es tan hermoso, con colores plateados, dorados y azul eléctrico. Es muy bello, me encanta. Me lo pongo en el dedo anular, y me queda a la perfección. Sé que no debería hacer esto, pero es un anillo muy hermoso.

-Te queda muy lindo- escucho que me dice Sergio abrazándome por la espalda- Ese anillo era de mi madre. Se lo regaló mi padre cuando nací yo. Le encantaba- oh no, estaba de nuevo melancólico.

Sergio suelta el abrazo y se sienta en la cama, mirando alrededor, como queriendo revivir un montón de recuerdos que hay en su interior.

-Perdón- le digo sentándome a su lado y acariciando su cabello- No quería que te sintieras mal, no era mi intensión. No quiero que estés triste- le digo acercándome a su boca- No quiero que vuelvas a sufrir.

Él se acomoda de tal manera que queda incluso más cerca de lo que ya estábamos.

-Cuando estés a mi lado, jamás estaré triste- me acaricia la cabeza- Te lo prometo.

Nos acomodamos y comenzamos a quedarnos dormidos, o al menos, Sergio comenzó a quedarse dormido. Podía sentir como su respiración se hacía cada vez más constante al igual que sus latidos del corazón. Podía sentir como se tranquilizaba, pero yo estaba cada vez más inquieta y no sabía por qué.

Nunca he confiado en los hombres. Jamás pensé que podría enamorarme. Tengo miedo ¿Qué pasa si Sergio solo quiere jugar conmigo? ¿Qué pasa si solo quiere pasar el rato? El cambio en él fue tan brusco... Yo no tengo nada en especial como para haber provocado ese cambio en él. Sólo soy una chica de 16 años, recién cumplidos. Mientras que él tiene 19, es un adulto, y sobre todo es guapo. podría tener a cualquier mujer que le haga olvidar lo que sucedió con su madre.

- ¿Por qué yo? - pregunto más fuerte de lo que deseaba, haciendo que Sergio se despierte y me quede mirando con cara extrañado- ¿Por qué yo? - Vuelvo a preguntarle, está vez mirándolo a los ojos.

- ¿A qué te refieres? - Me pregunta mientras acaricia mi cara que se encuentra mirándolo a los ojos prácticamente sin pestañear.

-No soy linda, ni simpática, mucho menos sexy... puedes encontrar a cualquier mujer que te haga olvidar tus sentimientos, pero me elegiste a mí, ¿Por qué? No soy en nada especial...

- ¿Qué no eres especial? - Me pregunta apoyando su pecho en el mío, haciendo que nos quedemos más cerca de lo que estábamos- ¿Cómo puedes decir eso? Tienes razón, cualquier mujer puede hacerme olvidar mis sentimientos, pero solo tú puedes cambiarlos por algo más lindo y puro. No me haces olvidar, me haces sanar. Eres todo lo que necesito ahora, Lía. Eres todo lo que quiero y eso te hace la persona más especial que ha existido en mi vida.

Con esa frase selló todo. Todas mis dudas, todas mis intrigas, todas mis sospechas y misterios. Todo queda resuelto. Estoy enamorada de Sergio, parece tonto al haberlo conocido hace tan poco tiempo, pero soy aquella persona que lo ha hecho sanar y amo ser esa persona, no quiero que nadie más lo haga.

Tomo su cuello y lo acerco a mí. Comienzo a besarlo lentamente al principio, como siempre empiezan nuestros besos, pero a medida que tomamos más confianza, comenzamos a acelerar el beso y nuestras lenguas, por primera vez, comienzan a fusionarse como si fueran una. Jugueteamos con ellas mientras Sergio se sube sobre mí, haciendo que quede bajo él mientras nos besamos apasionadamente. Sergio comienza a pasar su mano por mi cintura, dejando una línea de electricidad debajo de mi piel. Comienza a bajar su mano por la misma línea que mi cintura, tomando mi muslo y haciendo que me acerque mucho más a él.

Su mano suelta mi muslo para acercarse nuevamente a mi cintura, pero esta vez, bajo la playera y sube y sube, pero sin traspasar los límites. Tan solo deja posada su mano en un lugar relativamente inocente.

Sergio comienza a separase de mí. Ambos jadeamos por la falta de respiración que nos causó aquel beso. Nos quedamos mirando y él sale de encima de mí y se levanta de la cama

¿Qué? Lo estábamos pasando muy bien aquí

- ¿Qué sucede? - le pregunto sintiendo un poco de frío sin su cuerpo sobre el mío.

-Esto no está bien, Lía- me dice agarrándose el cabello y tirándolo hacia abajo- Eres mucho más pequeña que yo. No quiero que hagas esto solo porque crees que me hará sentir mejor... eres una chica buena, eres capaz de hacer eso. Quiero que cuando lo hagas, lo hagas porque de verdad quieres a aquella persona que le das lo más importante para una mujer.

- ¿Y qué pasa si ya lo he decidido? - le respondo levantándome de la cama y quedando frente a él- ¿Te has preguntado siquiera si yo te quiero como tú me quieres a mí? Pues te respondo, estoy segura de que te quiero más que eso... muchísimo más. Estoy enamorada de ti y sé que solo soy una cría para ti, pero lo que estoy sintiendo no es algo de niños... Me gustas mucho y quiero entregarte aquello tan importante a ti, y sé que jamás me arrepentiré.

POV SERGIO

Tan solo esas palabras bastaron para que todos mis miedos se alejaran y me dejaran disfrutar el momento. Lía me quiere y quiere hacer lo mismo que yo quiero hacer con ella. No por lujuria, tal vez un poco, pero por nuestro cariño, para demostrarnos cuanto nos queremos, porque parece que las palabras se están quedando cortas en ese sentido.

Me acerco a ella y comienzo a besarla mientras paso mis manos por sus muslos levantándola del suelo y haciendo que sus pies se enreden alrededor de mi cintura. Lentamente comienzo a dejarla sobre la cama, quedando sobre ella, tal y como lo estábamos antes. Me saco la playera que tenía puesta quedando con el torso desnudo mientras Lía pasa sus pequeñas manos sobre mis pectorales y comienza a atraerme nuevamente hacia ella para besarnos. Lentamente y con mucho cuidado comienzo a sacarle su playera y posteriormente sus shorts, haciendo que mi pequeña quede con ropa interior. Sin inocencia alguna en su mirada, comienza a desabrocharme los jeans para terminar de sacarlos por completo, con mi ayuda claro. Ambos estamos en ropa interior, pero estoy decidido a que eso cambie. Desabrocho su sostén para sacarlo completamente. Masajeo uno de sus pechos mientras le doy besos en el cuello, logrando más de un gemido de su parte. Dejo mi trabajo para seguir desnudándola, sacando la última prenda, sus braguitas, mientras que ella juguetea con el elástico de mi bóxer y termina por sacarlos completamente. Ambos estamos muy desnudos.

- ¿Esta segura de esto? - le pregunto por última vez a Lía quien asiente energéticamente- Te dolerá, Lía, tengo que advertírtelo, y no quiero que sufras...

-Sergio- dice muy seria- solo hazlo.

La beso con una sonrisa en la cara tras haber escuchado aquello de sus labios. La hice prometer que me diría cuando le doliera mucho y que podríamos parar en cualquier minuto.

Con mis rodillas hice que abriera un poco más sus piernas y acerqué a mi miembro hacia la entrada de su femineidad. Tome sus dos manos entrelazando sus dedos con los míos y dejándolos sobre nuestras cabezas. Mientras la besaba tiernamente comencé a entrar, lentamente, sin querer hacerle daño alguno. Al principio la cara de Lía se tornó llena de dolor y comencé a preocuparme, por lo que pare, pero ella me incitó a seguir. La penetraba lento y suave al principio, cuando veía que su expresión se iba alejando del dolor, comencé a ir más rápido y más duro. Cada vez embestidas un poco más feroces mientras le besaba el cuello, sus pechos, sus labios. Ambos gemíamos y cuando llegamos a nuestro éxtasis mayor, me fui dentro de ella, mientras ambos teníamos un orgasmo.

Estamos cansados y sudados, pero a la vez felices y con una sonrisa en nuestra cara. Sin hablar la acomodo debajo de las sabanas, arropándola puesto que no tenía ropa puesta. Pongo mi pecho sobre su espalda, acomodándonos para dormir tranquilamente.

Es la mejor noche de mi vida.

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